Actor, torero y ganadero
Por Xavier Toscano G. De Quevedo
El próximo sábado 20 se cumplirán dos décadas del fallecimiento de Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, mejor conocido en el mundo como “Cantinflas”. Fue un actor y comediante reconocido, admirado y galardonado no sólo en los países de habla hispana, sino también en el extranjero donde sus películas siempre gozaron de la aceptación de los públicos.
“Mario Moreno” inicia su carrera de actor en las carpas, donde va ganando el favor de los asistentes por su manera de hablar; estos reían y disfrutaban con los discurso, siempre enredosos y distorsionados en cada palabra, en sus frases en las cuales decía —según él todo— y nunca le entendían nada. Algunos de sus biógrafos atribuyen la vida de su personaje “Cantinflas” a la inspiración de otro gran comediante de la época, Manuel Medel de quien imita la vestimenta y gran parte de sus gestos.
“Cantinflas” tuvo el privilegio de poseer — don Divino— una inigualable facultad creativa, de ocurrente improvisación, y lo más preponderante su propio y único leguaje. Como precursor del cine mexicano Mario Moreno “Cantinflas” fue parte esencial en el proceso y evolución de la gran Época de Oro de nuestro cine —simultánea con la Época de Oro de nuestra Fiesta brava— en la que realizó a través de su dilatada y extraordinaria carrera artística un numero importantísimo de películas, en las cuales siempre mostró su gran afición y amor a la Fiesta Brava.
Así, veíamos cómo a las afueras de una vecindad don él vivía, a en las paredes de una cantina, o un café, en las esquinas de las calles en donde se rodaban sus películas, siempre la aparición de un “Cartel de Toros”, o las fotografías de algunos toreros, o pinturas con acciones relativas a la fiesta, formando parte importante de la escenografía de sus cintas.
Pero llego más allá, y lo vemos actuando de torero en la película Ni sangre ni arena (1941) en la que “Cantinflas” interpreta dos papeles y en uno de ellos al torero “Manolete”. Otra más en la que torea es La vuelta al mundo en 80 días, obra literaria de Julio Verne. También en El Padrecito forma parte de la historia la actuación de torero del gran mimo mexicano.
Su afición la vivió también como “Torero Cómico”, aunque se dice que pudo ser un gran lidiador profesional, sus actuaciones en el ruedo con las que deleitaba a los asistentes, mostraban un gran conocimiento en la lidia de reses bravas. Aparece por primer vez en la plaza Vista Alegra, que estaba situada en la unión de las calles; Calzada de San Antonio Abad y Av. del Taller en el D. F. el 30 de agosto de 1936 en un festival en el que actúan “Cantinflas”, Armando Soto La Marina “Chicote” y el tapatío Jesús Martínez “Palillo”.
En “El Torero” de La Condesa, se presenta el 16 de septiembre de 1937, con un lleno absoluto, en esta coacción acompañaron a “Cantinflas”, Manuel Medel y “Don Catarino” lidiando reses de la ganadería de Dos Peñas.
Un número importante de festivales toreó “Cantinflas” en México, todos ellos con un fin altruista —acción que siempre identificó a Mario Moreno— pero indudablemente el más trascendente e histórico fue el del martes 19 de febrero de 1938, como matadores estuvieron: “Cantinflas”, Felipe Mota, Abraham Juárez “Límber”, “El Güero” Guadalupe y Luis Barajas. Como picadores —lea usted bien— Fermín Espinosa “Armillita”, Manuel Rodríguez Sánchez “Manolote”, Silverio Pérez, Pepe Luis Vázquez, Luis Procuna y Pepin Martín Vázquez.
Los animales que se lidiaron pertenecieron a las dehesas de Heriberto Rodríguez y Juan Aguirre “Conejo Chico”. “Cantinflas” brindó la faena de su novillo a “Manolete”, “De monstruo a monstruo joven” le dijo Mario Moreno al torero Cordobés —con el que siempre le unió una gran amistad— gran faena de “Cantinflas” al astado de don Heriberto, y al final vuelta al ruedo junto con “Manolete”.
La gran pasión y el cariño que “Cantinflas” tenía por la Fiesta, lo llevó finalmente a convertirse en ganadero el año de 1959 junto con sus hermanos Eduardo y José, formando la vacada “Moreno Reyes Hermanos”. Cuatro años después, el 20 de noviembre lidian por primera vez en la población de Jiquilpan, estando en el cartel el torero catalán Joaquín Bernardó, Rafael Rodríguez y Juan Silveti. En 1966 el 6 de febrero se presenta ante la afición capitalina en la plaza “El Torero”, actuaron esa tarde el maestro de Ronda Antonio Ordóñez, Joselito Huerta y Raúl Contreras “Finito”.
Ahí estaba en los corrales “Espartaco”, que salió en segundo lugar para Joselito Huerta, extraordinaria faena del de Tetela de Ocampo —probablemente la mejor de su vida torera— el público puesto en pie y con los pañuelos blancos pidió el indulto del bravo “Espartaco”, y así Mario Moreno Reyes daba su primer vuelta al ruedo como ganadero, ¿a quien aplaudían los asistente, al exitoso ganadero, o al gran “Cantinflas”?
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, siempre vivió para la fiesta y el toro, él tuvo presente en su vida la grandeza de este mágico espectáculo, en el que la única esencia y verdad lo otorga, la figura de su Majestad El Toro Bravo.