* Ideas claras
Si de la claridad de sus ideas y de la sensatez de sus declaraciones dependiera, Víctor Manuel Vucetich merecería, desde ahora mismo —aun antes de que el “Tri”, con él al frente, se someta a la prueba del ácido, en la cancha— la nota aprobatoria como técnico nacional...
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Víctor, de entrada, tiene una noción muy nítida de los terrenos que pisa. Es cierto que llega a la meta que todos los entrenadores de futbol se fijan (la Selección nacional)... pero lo hace en un momento difícil: con los plazos cortos y las exigencias altas.
Sabe —y tan lo sabe que lo ha expresado sin reparos— que no puede llegar acariciando el sueño guajiro de llegar al Mundial de Brasil-2014 al frente del seleccionado mexicano. Y se comprende: el boleto, que a estas alturas de la película ya debería estar en la bolsa, aún está en el aire.
Sabe Vucetich que el éxito de la empresa, en la fase actual, depende de los resultados que se consigan en los próximos dos partidos: ante Panamá en México y ante Costa Rica en San José. Sabe, por los antecedentes cercanos, que sería ilusorio marcar a los tricolores como favoritos para conseguir los resultados que se necesitan. Por una parte, los rivales han aprendido a perderles el sacrosanto respetillo de antaño. Por la otra, los jugadores del “Tri” han perdido la confianza en sí mismos que otrora rebosaban.
Vucetich sabe que ni siquiera puede depositar sus esperanzas en la posible repesca ante Nueva Zelanda, porque, hoy por hoy, ni siquiera tiene segura esa opción.
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Parece sensato, por otra parte, que Vucetich no conceda un rango especial a los “europeos” mexicanos. Militar en cuadros del Primer Mundo no hace superiores al “Chicharito” Hernández, Guillermo Ochoa, Andrés Guardado, Diego Reyes, Carlos Vela, Giovani dos Santos, Javier Aquino y Héctor Herrera, con respecto a sus colegas que continúan en casa. La consigna consistirá en ganar plaza en el “Tri” con regularidad en sus actuaciones y productividad en su desempeño.
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En cualquier caso, por claros que sean los objetivos y sensatas las declaraciones de Vucetich, antes de dirigir siquiera su primer entrenamiento como técnico nacional, Víctor también sabe —gente de futbol como es— que la calificación de su desempeño no dependerá de sus declaraciones, sino del único argumento incontestable en este negocio: los resultados que consiga.