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Llama la atención ''El planeta de los simios revolución''

Esta historia es un verdadero clásico rodado en 1968 por Franklin J. Schaffner a partir de una novela de Pierre Boulle

CIUDA DE MÉXICO (22/AGO/2011).- En tan sólo un par de días se han convertido en las estrellas indiscutibles de Hollywood. El planeta de los simios revolución es una cinta que cumple con todos los detalles que delatan esta carencia de ideas novedosas en el cine actual, pero que al espectador los mantiene al borde de la butaca por sus majestuosos efectos especiales.

Esta historia es un verdadero clásico rodado en 1968 por Franklin J. Schaffner a partir de una novela de Pierre Boulle.

La película planteaba una historia muy original: unos astronautas iniciaban un viaje espacio-temporal que los transportaba dos mil años en el futuro. Aterrizaban en un planeta en el que existía una evolución inversa: los simios eran los seres superiores que cazaban seres humanos.

Pero entonces llega este Hollywood de ahora y decide, a más de 40 años después, hacer una película para explicarlo todo, para que todo quede marcado, intentando completar una película que, como en el buen cine clásico, transmitía una sensación de desasosiego no por lo que mostraba, sino por lo que insinuaba con los simios.

Vivir en paz
En esta película no existe la violencia ni la maldad: los monos son buenos y no matan a nadie (muere menos gente en la película que en un episodio de El Equipo); la empresa farmacéutica que aparece es muy responsable, y decide parar sus experimentos cuando ve que pueden ser contraproducentes, renunciando incluso a los beneficios que podría obtener (los reinician sólo cuando ven que pueden hacer una labor altruista tan importante como curar el Alzheimer); y no aparece ningún villano en la película, ni los monos se rebelan contra los humanos, porque lo único que quieren es huir al bosque y vivir en paz.

Al final, lo que sucede es que el escape del virus acabará provocando la extinción de nuestra especie. Y se ve, además, en una secuencia de cierre que remite directamente al final de Doce monos, con aeropuerto incluido y con la explicación de la propagación del virus en que una de las personas afectadas toma un avión.

Como dato curioso del elenco, éste el segundo filme en el que el actor inglés Andy Serkis interpreta a un mono, antes lo había hecho en la versión de Kin Kong de 2005. También fue el actor de la captura de movimiento de Gollum en la saga de El señor de los anillos, donde muerde el dedo de Frodo.

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