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Atuendo futbolero

Yo no soy el culpable de lo que pasó, soy una parte de la responsabilidad compartida. Hugo Sánchez

* Macho de mecha corta...

Apenas estaba encargando en el súper mercado de lujo de Almería su pastel de primer año como entrenador del equipo (lo iba a cumplir el día 22, es decir, este miércoles), cuando la directiva le informó que estaba despedido. Así nada más, tras caer contra el Español de Barcelona y bajar a la posición 17 de la tabla, metido de lleno ya en la zona de descenso, Hugo Sánchez Márquez, el mejor de todos los tiempos (según él) tendrá oportunidad de regresar a pasar las fiestas navideñas en su lujosa casa de Cancún, donde dos esculturas erigidas en su honor lo contemplan y le recuerdan que para él mismo no hay otro mejor sobre la faz de la tierra.

Hugo Sánchez (“Sólo yo”, se llamará su libro... cuando lo escriba) se soñó en la banca del Real Madrid el torneo pasado, en aquella buena racha del Almería, la que finalmente rescató del descenso. Su carrera inicial en España se parecía a la de Javier Aguirre, que tomó un equipo de la parte baja de la tabla y lo salvó del descenso. Pero en su segundo torneo, perdió feo en la Copa del Rey, fue eliminado en la primera ronda, y luego le vinieron en fila tres derrotas, un empate y otra derrota, para que terminara su historia en Almería.

El mismo presidente que lo contrató, Alfonso García, fue quien anunció su cese, 363 días después de haberlo contratado. Ayer, al terminar en Barcelona el partido contra el Español, se reunieron el propio García con el vicepresidente ejecutivo, Ricardo Martínez, el auxiliar técnico Sergio Egea y el propio Hugo, y llegaron a la conclusión de que “no más”. Su breve ciclo había concluido.

Un comunicado en la página del Almería da la fría noticia de diciembre: “El club quiere agradecer públicamente la profesionalidad, el trabajo y la dedicación de Hugo Sánchez y Sergio Egea durante el período de tiempo que han estado en el Almería, pero se ve obligado a tomar esta decisión en busca de la reacción del equipo”.

El 18 de julio de 2008, luego de que había sido cesado como entrenador de la Selección mexicana el 31 de marzo de ese mismo año, Hugo Sánchez dio unas duras declaraciones, de las pocas que ha hecho desde entonces, al portal AOL latino. “Fracaso no es. Le llamo tropiezo, le llamo experiencias. Los tropiezos los aprovechas, como lo hice como jugador”.

Al preguntarle qué pasó, respondió tal como es: “Y pasó lo que pasa en México: hubo traición, algo que en México existe muchísimo. De frente te dicen que te van ayudar, y te volteas y te clavan la puñalada por la espalda".

En sus 16 meses como entrenador nacional, Hugo perdió la Copa de Oro, y por lo tanto la participación en la Copa Confederaciones Sudáfrica 2009;  también fue eliminado del Preolímpico de Carson, California, lo que nos impidió asistir a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Sin embargo, de ambos fracasos salió indemne porque él nunca pierde. Los que pierden son los jugadores, porque no juegan como él y porque no lo imitan como los videos que siempre les pone en la videocasetera para motivarlos.

Siguió diciendo en esa entrevista: “Yo no soy el culpable de lo que pasó, soy un parte de la responsabilidad compartida... No seguí en la selección por otras circunstancias, no por lo deportivo. De haber sido por lo deportivo, hubiéramos continuado como en el proceso anterior (el de Ricardo LaVolpe), en el que los insultó, los menospreció y se le mantuvo. Yo salí por temas ajenos a lo deportivo. De haber seguido, seguramente habría llegado al Mundial a hacer historia”.

Pero advirtió lo que seguramente también mañana declarará en Almería: “Regresaré a la selección, no sé cuándo, pero lo haré y con condiciones totalmente distintas y cumpliré las metas... (Aquella vez) no tuve el apoyo generalizado que se me prometió. Y en su momento si todos jugamos como equipo --dueños, directivos, técnico, jugadores, medios y aficionados--, nos convenceremos de que podemos ser campeones del mundo.Tenemos que romper con ese trauma maldito de no llegar a semifinales... Lo podremos conseguir en un proceso de cuatro o de ocho años. Y seguramente en un proceso de 12 años, podemos estar en una final de una Copa del Mundo y ser campeones del mundo. Pero se necesita un proceso de 12 años, que se los expliqué claramente a dueños y presidentes de equipos”.

Lo malo es que en estos dos últimos tropiezos, con la selección duró 16 meses y con el Almería ni siquiera pudo cumplir el año.

Pero Hugo ha dicho, desde siempre, que para él no existe en su diccionario la palabra “fracaso”. Por lo tanto, a la hora de analizar este nuevo tropezón, hay que meternos a su mundo para decir que tuvo otra fantástica experiencia en la que acumuló muchas derrotas, pero que las compensa con todas las piruetas que dio en la cancha cuando era jugador.

Así que, por lo tanto, para tener la buenaventura de su saludo y su amistad, aplaudamos todos su nueva experiencia de sumar más derrotas que fracasos: ¡Bravo, Hugo, bravísimo... Clap, clap, clap...!

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