Deportes

Atuendo futbolero

“Lo único que puedo decir ahora es que Rafa Márquez es todavía es nuestro capitán”. Justino Compeán.

Una de las voces más atinadas fue la de Antonio Leaño, quien enfáticamente pidió que Rafael Márquez dejase de ser capitán de la selección mexicana porque una de las funciones del portador del prestigiado gafete es la de predicar la disciplina, el liderazgo y el ejemplo.

A nadie le parece ejemplar que el capitán se haga expulsar de la manera en que Rafa Márquez lo hizo contra los Estados Unidos, cuando el marcador todavía era revertible y cuando la selección comenzaba a presionar a la defensiva norteamericana. Una torpe patada sobre el portero Howard provocó su expulsión y dejó en inferioridad numérica y ya sin posibilidades de ganar al equipo tricolor.

Todavía se agrega más leña a esta hoguera porque no es la primera vez que Rafa incurre en esta pérdida de control emocional: lo hizo en el Mundial de Corea-Japón 2002 justamente contra Estados Unidos en los octavos de final, al darle un cabezazo infame a Cobi Jones. Lo hizo también en la Copa Confederaciones contra Argentina. Se regresó de la Copa América, sin disputar el partido del tercer lugar contra Uruguay porque tenía un compromiso social (asistir a la boda de Pavel Pardo), aunque con la autorización del entonces entrenador Hugo Sánchez. Y tampoco se puede olvidar que en el cuadrangular pasado de la Concacaf, ante Jamaica, se ganó una tonta tarjeta amarilla para evitar viajar y jugar contra Canadá.

Esas conductas no son precisamente las que dignifican la figura de capitán en una selección nacional.

Y cuando la presión en el medio se hace cada vez más fuerte, no sólo para quitarlo como capitán porque no es ejemplo lo que hace con la selección (su historia con el Barcelona... es otra historia) sino hasta para volverlo a convocar, las avestruces federativas sacan la cabeza de su agujero para tratar de calmar las cosas, amainar la tormenta y pedir que ya no sigamos haciendo olas para no enturbiar más el ambiente plagado de pesimismo tras la derrota ante los norteamericanos.

Justino Compeán apareció en domingo para presentar a Juan Carlos Chávez como sucesos de Chucho Ramírez en la sub20 y ante los medios aprovechó para hacer solicitudes a guardar la calma: “Vamos a dejar que se vaya enfriando el asunto. Es lógico que cuando se tiene una derrota muchos alzan la voz, pero a medida que esto se vaya enfriando habrá gente que cambien de parecer. Lo único que puedo decir ahora es que Rafa es todavía es nuestro capitán. Dejémoslo ahí.

La situación ya está difícil como para que le agreguemos más asuntos”.

El presidente de la Femexfut también ha pedido a las autoridades de la Federación de Estados Unidos como a las de Concacaf que no se incornformen ante FIFA (que abrió un expediente del caso) a fin de que la sanción a Márquez quede sólo en un partido, como hasta ahora. Pero si el Comité Disciplinaria de FIFA evalúa los antecedentes de Márquez en Mundiales, Copas Confederaciones o eliminatorias, todos ellos torneos organizados por el máximo organismo, entonces la sanción podría ser ejemplar, no de uno ni dos partidos más, sino quizá de algunos meses.

De ahí la preocupación de los dirigentes, que hasta en domingo quieren desquitar sus sueldos de 300 a 600 mil pesos (entre Decio, Compeán y Cantú cuestan más de 15 millones de pesos anuales al futbol mexicano... para los resultados que dan) y ante la prensa reconocen su preocupación por el actual estado de cosas del equipo nacional.

“Rafa se ha equivocado, pero debemos reconocer que es uno de los mejores jugadores del mundo y lo demuestra en el equipo donde juega como titular. Indiscutiblemente es un jugador que se necesita”, dice Compeán mientras cada vez más voces de aficionados piden lo contrario, que se le quite el gafete de capitán y que ya no se le convoque a la selección.

Los dirigentes de la FMF se han propuesto la política del aquí-no-pasa-nada, a fin de preservar sus privilegiadas condiciones de trabajo, ante la presión que están sintiendo y que podría derivar en sus propios despidos.

Lo dijo Ricardo Salinas Pliego al correr a Hugo Sánchez: “Ya despedidos al Director General. Los siguientes serán los gerentes de área”, o sea, los Justino, Decio, Cantú, Bonilla y numerosa compañía que siguen devengando los mejores sueldos de la historia en la Femexfut.

Temas

Sigue navegando