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Atuendo futbolero

“Quiero creer que soy una persona positiva. Nunca voy a renunciar (al cargo), porque con el trabajo vamos a jugar bien y vamos a ir al Mundial de 2010”. Sven Goran Eriksson.

Otra vez se depende de los mexicanos-“europeos” y de los extranjeros-“mexicanos” (naturalizados).

En la lista de Sven Goran Eriksson dada a conocer este domingo en la capital del país quedó en claro que Eriksson confía poco en la liga mexicana porque la dependencia de su equipo titular estará basada en siete futbolistas que participan (aunque sea a ratitos, aunque sean suplentes, aunque no estén en buen nivel) en ligas europeas.

Y también de cuatro extranjeros con carta de naturalización que los hace mexicanos, tres de ellos que militan en clubes locales, más el “Guille” Franco que viene de suplente del Villarreal español.

Mexicanos nacidos en México, que juegan en la liga local, de 24, sólo los porteros son infaltables en las convocatorias: Oswaldo Sánchez, Memo Ochoa y Jesús Corona, los mejores sin duda, pero sin cotización en el mercado internacional porque ningún club europeo les ha puesto el ojo y la chequera para llevárselos.

También llamó a los defensas Juan Carlos “Topo” Valenzuela, Julio César “Cata” Domínguez, Aarón Galindo (ex “europeo”, que cambió al Eintrach de Frankfurt  por las Chivas), Leobardo López y Fausto Pinto. Con uno de ellos completarán el cuadro bajo titular en el que Ricardo Osorio, Rafa Márquez y Carlos Salcido son insustituibles.

En la mitad del campo no hay duda que otro ex “europeo”, Pavel Pardo, será el titular en la zona de contención junto con el naturalizado Leandro Augusto, llevando en las otras dos posiciones a otro naturalizado, Antonio Naelson “Sinha” y a otro con sangre y padres uruguayos, Nery Castillo, para dejar adelante al argentino-mexicano Matías Vuoso junto con brasileño-mexicano Giovani dos Santos.

Es decir: poca sangre azteca en un equipo dirigido por un sueco (Sven Goran Eriksson) y asesorado por otro escandinavo, Hans Backe.

La preparación física le pertenecía al argentino Eduardo Lovario, quien dejó su lugar al brasileño Manuel Matteus.

La selección mexicana, de mexicana, sólo tiene el escudo del águila parada en un nopal, comiendo a una serpiente, además del uniforme verde que Hugo Sánchez quería cambiar por uno blanco para que los jugadores no se confundieran con el pasto. Es una selección tipo Torre de Babel, o una Legión Extranjera, o la ONU del futbol, o la selección Resto del Mundo. No hay identidad que permita pensar que en la cancha, durante la eliminatoria, estará representada la capacidad y la identidad de jugadores que sienten y aman la tierra que los vio nacer.

Para colmo, a nivel directivo están Justino Compeán, Decio de María y Guillermo Cantú, que por su extraña insensibilidad de lo que pasa en la selección también deben ser no de otro país, sino de otro planeta.

La lista dada a conocer por Eriksson nuevamente ignora a futbolistas que podrían ser de mucha utilidad, sobre todo los que juegan en la misma zona que el lesionado Andrés Guardado: Ramón Morales y Braulio Luna, por problemas que deben ser extrafutbolísticos ya que los dos andan en gran nivel en la liga desde hace muchos años.

El sueco completó la lista con Luis Pérez, el “Jagger” Martínez, Alberto Medina, César Villaluz, Carlos Ochoa, Matías Vuoso y Omar Bravo.

A pesar de que las presiones cada vez son mayores, las dos televisoras por ahora viven más preocupadas por el pleito con el IFE y con los partidos políticos (a los que echaron al pueblo encima cortando los juegos de futbol con mensajes políticos, para irritar a millones de ciudadanos), no se han puesto a calcular las millonarias pérdidas económicas que tendrían si México no califica al Mundial en el hexagonal de Concacaf que arranca en unos días, con los peores augurios.

Mientras Estados Unidos tiene más de 50 jugadores participando en ligas europeas, México apenas tiene una docena, de los cuales ni la mitad son titulares y de ellos sólo Rafa Márquez es una figura estelar.

Los demás que integran la selección mexicana no son mexicanos nacidos aquí, sino naturalizados, o con sangre uruguaya o brasileña, con mentores suecos, con preparadores físicos brasileños y con directivos extraterrestres.

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