Deportes
Atuendo futbolero
Por Héctor Huerta
“Que ya se dejen de babosadas y arrogancias,
y de menospreciar al futbol de Concacaf”.
Jesús Martínez, presidente del Pachuca.
Pocas veces Jesús Martínez Patiño, prominente dueño de la marca Tuzos del Pachuca (tiene equipos de primera, primera “A”, segunda, universidad de futbol, hotel, tiendas, plazas) había roto el código del futbol mexicano.
En entrevista publicada el sábado pasado en el diario La Opinión de Los Ángeles, Martínez Patiño lanzó severas críticas para muchos integrantes de la familia futbolística, tras la crisis de la selección nacional que, en el peor de los escenarios, podría dejarnos fuera de la próxima Copa del Mundo.
A dos de los principales integrantes del Comité de Selecciones Nacionales, Jorge Vergara y Antonio Leonardo, les recomendó que “primero se pongan a trabajar, en lugar de hablar y criticar tanto”.
Mencionando sólo el nombre de Justino Compeán, pero con un claro afán de incluir a Decio de María y a la Comisión de Selecciones Nacionales, el dueño del Pachuca les pidió que “ya se dejen de babosadas y de arrogancias, y de menospreciar al futbol de Concacaf”.
También tuvo artillería para el entrenador sueco Sven-Goran Eriksson, a quien le exigió no hacer más “declaraciones desafortunadas”, como aquellas de su regreso de Canadá, cuando mencionó que el seleccionado mexicano había jugado “con miedo”, ya que “si hay miedo, es culpa de él, como líder del equipo”.
Insistió en que “el futbolista mexicano se distingue por su valor, coraje y gallardía”, valores que chocan con el “miedo” que alude Eriksson.
En su desbordado discurso, Jesús Martínez remató: “Ya basta de soberbia de los mexicanos, de los jugadores, de los directivos. El futbol de la Concacaf no es el mismo de hace 25 años; las cosas han cambiado, el futbol del área ha evolucionado. Que ya se dejen de babosadas y de arrogancia; hay que respetar al rival, no se puede seguir menospreciando a nadie, porque Estados Unidos ha crecido muchísimo y lo mismo ha ocurrido con Honduras, Costa Rica y El Salvador”.
Lo que Jesús Martínez nunca dijo es que antes de ser electo Sven Goran Eriksson como entrenador, él le peleó a Jorge Vergara el poder de decisión, pero perdió.
El candidato de Jesús Martínez y los medios afines a él era Javier Aguirre, a quien por teléfono le hablaba a diario para insistirle: “Compadre, acepta”. Evidentemente Martínez quería el control de la selección nacional, por todo lo que representa.
El dueño del Pachuca sostiene una velada rivalidad con Jorge Vergara. Se dicen amigos de dientes para afuera, pero rivalizan constantemente por el estilo personal de gobierno que cada uno ejerce.
Vergara tiene a Chivas, la mejor marca de futbol de México, la que no necesita publicidad (ni títulos) para seguir siendo la preferida de los mexicanos.
Jesús Martínez tiene al Pachuca, una marca multipublicitada, por la que paga millones de pesos en los medios de comunicación, pero que sigue sin tener impacto en el pueblo mexicano, a pesar de que ha ganado cinco títulos en los últimos nueve años, mientras que Vergara en seis años sólo ha ganado un campeonato con Chivas.
Jesús Martínez ha llevado al terreno público, rompiendo los códigos del futbol, la oculta animadversión que siente por Jorge Vergara, a quien se le atribuye la designación de Sven Goran Eriksson.
Hoy se verán las caras en la Junta de Dueños. ¿Se dirigirán siquiera la palabra?
y de menospreciar al futbol de Concacaf”.
Jesús Martínez, presidente del Pachuca.
Pocas veces Jesús Martínez Patiño, prominente dueño de la marca Tuzos del Pachuca (tiene equipos de primera, primera “A”, segunda, universidad de futbol, hotel, tiendas, plazas) había roto el código del futbol mexicano.
En entrevista publicada el sábado pasado en el diario La Opinión de Los Ángeles, Martínez Patiño lanzó severas críticas para muchos integrantes de la familia futbolística, tras la crisis de la selección nacional que, en el peor de los escenarios, podría dejarnos fuera de la próxima Copa del Mundo.
A dos de los principales integrantes del Comité de Selecciones Nacionales, Jorge Vergara y Antonio Leonardo, les recomendó que “primero se pongan a trabajar, en lugar de hablar y criticar tanto”.
Mencionando sólo el nombre de Justino Compeán, pero con un claro afán de incluir a Decio de María y a la Comisión de Selecciones Nacionales, el dueño del Pachuca les pidió que “ya se dejen de babosadas y de arrogancias, y de menospreciar al futbol de Concacaf”.
También tuvo artillería para el entrenador sueco Sven-Goran Eriksson, a quien le exigió no hacer más “declaraciones desafortunadas”, como aquellas de su regreso de Canadá, cuando mencionó que el seleccionado mexicano había jugado “con miedo”, ya que “si hay miedo, es culpa de él, como líder del equipo”.
Insistió en que “el futbolista mexicano se distingue por su valor, coraje y gallardía”, valores que chocan con el “miedo” que alude Eriksson.
En su desbordado discurso, Jesús Martínez remató: “Ya basta de soberbia de los mexicanos, de los jugadores, de los directivos. El futbol de la Concacaf no es el mismo de hace 25 años; las cosas han cambiado, el futbol del área ha evolucionado. Que ya se dejen de babosadas y de arrogancia; hay que respetar al rival, no se puede seguir menospreciando a nadie, porque Estados Unidos ha crecido muchísimo y lo mismo ha ocurrido con Honduras, Costa Rica y El Salvador”.
Lo que Jesús Martínez nunca dijo es que antes de ser electo Sven Goran Eriksson como entrenador, él le peleó a Jorge Vergara el poder de decisión, pero perdió.
El candidato de Jesús Martínez y los medios afines a él era Javier Aguirre, a quien por teléfono le hablaba a diario para insistirle: “Compadre, acepta”. Evidentemente Martínez quería el control de la selección nacional, por todo lo que representa.
El dueño del Pachuca sostiene una velada rivalidad con Jorge Vergara. Se dicen amigos de dientes para afuera, pero rivalizan constantemente por el estilo personal de gobierno que cada uno ejerce.
Vergara tiene a Chivas, la mejor marca de futbol de México, la que no necesita publicidad (ni títulos) para seguir siendo la preferida de los mexicanos.
Jesús Martínez tiene al Pachuca, una marca multipublicitada, por la que paga millones de pesos en los medios de comunicación, pero que sigue sin tener impacto en el pueblo mexicano, a pesar de que ha ganado cinco títulos en los últimos nueve años, mientras que Vergara en seis años sólo ha ganado un campeonato con Chivas.
Jesús Martínez ha llevado al terreno público, rompiendo los códigos del futbol, la oculta animadversión que siente por Jorge Vergara, a quien se le atribuye la designación de Sven Goran Eriksson.
Hoy se verán las caras en la Junta de Dueños. ¿Se dirigirán siquiera la palabra?