Cultura

Lo que es ahora no es

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¿De dónde nos viene el traje de charro? ¿Qué origen guarda la piñata? ¿Por qué celebramos el Día de la Candelaria? ¿Por qué los arreglos y colores de las fiestas patrias? ¿Qué significa acostar el Niño Dios? ¿Cómo nos llegó lo tapatío?

Éstas y muchas otras preguntas son contestadas, descritas y ampliamente explicadas en el nuevo libro México lindo y festivo, de la investigadora de cultura popular Marta Heredia, quien suma ya una decena de títulos enmarcados en su campo de acción y con los cuales permite al lector redescubrir sus propios hábitos y costumbres.

Con el trabajo que nos entrega Heredia llegan también no pocas desmitificaciones sobre lo que creemos de nuestras tradiciones. Una de ellas, y quizá la más destacada, es la relacionada a la indumentaria típicamente jalisciense, particularmente tapatía, respecto a la asociación que durante muchos años se ha hecho del traje de charro con la ropa de la china poblana y que ha llegado a protagonizar la imagen de "lo nuestro".

Otro caso parecido es el jarabe tapatío, desprendido, como muchos otros, de los sones, provenientes desde la Colonia y expresados con mayor ahínco durante el siglo XIX. Nos recuerda Heredia que el jarabe tapatío corrió con la suerte de ser el más popular, a la vez que nos enuncia los grandes obstáculos de sus orígenes al considerar a los sones en la Colonia, por parte de autoridades eclesiásticas y civiles, como bailes de versos "insolentes e injuriosos (…) indecentes y provocativos en sus mudanzas". Todas éstas, razones suficientes para que fueran prohibidos, pese a su enorme aceptación y popularidad.

En estas dos realidades, la indumentaria y el jarabe -que a decir de Heredia carecen de sustento histórico y más bien responden a cierto carácter artificial en busca de imágenes nacionalistas-, se funda toda una idiosincrasia: "Fue después de la Revolución de 1910 cuando se buscó un símbolo que nos representara ante el mundo y se presentó la imagen de una china y un charro, ambos con traje de gala, bailando el jarabe tapatío, imagen falsa y anacrónica, alejada de la realidad y desvirtuando lo auténticamente mexicano.

La investigadora aporta realidades a la cultura que vienen a destruir una serie de iconos ya establecidos por muchos años y de los cuales, la imagen oficialista, federal, ha sabido explotar en lo cultural y en lo turístico.

Como mexicanos y más como jaliscienses, la labor de Marta Heredia, concretada en México lindo y festivo, merece la atención misma que merecen nuestras tradiciones y costumbres, porque es precisamente sobre ellas que el esfuerzo escrupuloso de la investigadora se funda y se mueve.

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