Cultura
La OFJ liquida el cuarto programa de la temporada
Bajo la dirección artística de Jesús Amigo, el ensamble materializa un concierto variopinto
GUADALAJARA, JALISCO (28/JUN/2013).- El cuarto concierto de la segunda temporada de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) tuvo un toque variopinto la noche del viernes en el Teatro Degollado, cuya exigua asistencia no alcanzó a ocupar ni la mitad de los espacios.
Además de un programa en el que se presentaron El Sombrero de Tres Picos Suite No. 1, de Manuel de Falla, y la Sinfonía No. 3, de Max Bruch, el concierto tuvo una inflexión importante durante la cristalización de su segunda pieza de la noche: el Concierto doble para Trompeta, Piano y Orquesta de Cuerdas, que estuvo encabezado por el pianista Anatoly Zatin y el trompetista Vladimir Kafelnikov.
Ambos músicos mostraron una técnica pulcra durante los tres movimientos de la pieza. Por momentos, el concierto, escrito en 1986 a petición del trompetista Vladimir Kafelnivov, solista de la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo, se tornó estremecedor y enigmático, aunque sus principios musicales están dominados por la competencia entre solistas y la orquesta, en medio de un ambiente festivo, detalle al que la concurrencia no fue esquiva y agradeció con creces.
Doctor en Composición por el Conservatorio Estatal de Leningrado (hoy San Petersburgo), el ruso Anatoly Zatin es Miembro Permanente de la Unión de Compositores de su país. Ha participado en un sinnúmero de festivales internacionales y actualmente es director del Instituto Universitario de Bellas Artes de la Universidad de Colima.
Por su parte, Jonah Levy, nacido en Estados Unidos, es Licenciado en Música con especialidad de Trompeta por la Eastman School of Music, de Rochester, Nueva York. También realizó estudios a nivel posgrado en el Conservatorio de Música Coldburn.
Jesús Amigo, director huésped, prescindió del atrio y de las partituras cuando llegó el turno de la Sinfonía No. 3, de Max Bruch, estrenada en 1883 y que denota la influencia que compositores como Mendelssohn y Schumann tuvieron en el compositor alemán.
El programa se repetirá el próximo domingo 30 de junio a las 12:30 horas en el Teatro Degollado.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
Además de un programa en el que se presentaron El Sombrero de Tres Picos Suite No. 1, de Manuel de Falla, y la Sinfonía No. 3, de Max Bruch, el concierto tuvo una inflexión importante durante la cristalización de su segunda pieza de la noche: el Concierto doble para Trompeta, Piano y Orquesta de Cuerdas, que estuvo encabezado por el pianista Anatoly Zatin y el trompetista Vladimir Kafelnikov.
Ambos músicos mostraron una técnica pulcra durante los tres movimientos de la pieza. Por momentos, el concierto, escrito en 1986 a petición del trompetista Vladimir Kafelnivov, solista de la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo, se tornó estremecedor y enigmático, aunque sus principios musicales están dominados por la competencia entre solistas y la orquesta, en medio de un ambiente festivo, detalle al que la concurrencia no fue esquiva y agradeció con creces.
Doctor en Composición por el Conservatorio Estatal de Leningrado (hoy San Petersburgo), el ruso Anatoly Zatin es Miembro Permanente de la Unión de Compositores de su país. Ha participado en un sinnúmero de festivales internacionales y actualmente es director del Instituto Universitario de Bellas Artes de la Universidad de Colima.
Por su parte, Jonah Levy, nacido en Estados Unidos, es Licenciado en Música con especialidad de Trompeta por la Eastman School of Music, de Rochester, Nueva York. También realizó estudios a nivel posgrado en el Conservatorio de Música Coldburn.
Jesús Amigo, director huésped, prescindió del atrio y de las partituras cuando llegó el turno de la Sinfonía No. 3, de Max Bruch, estrenada en 1883 y que denota la influencia que compositores como Mendelssohn y Schumann tuvieron en el compositor alemán.
El programa se repetirá el próximo domingo 30 de junio a las 12:30 horas en el Teatro Degollado.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI