Cultura
Itinerario
Política cultural conurbada
En 2010, dadas las últimas reformas sobre la Zona Conurbada de Guadalajara,
comprendida ahora por Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de
Zúñiga, El Salto, Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán, se preparan
notorios cambios en la conformación y ejecución de políticas públicas,
enfocadas al equilibrio y equidad de los servicios urbanos.
Con ello crece la demanda de beneficios sociales y se obliga al gobierno (a los
ocho gobiernos municipales) a diseñar la coordinación necesaria para integrarse
en una sola unidad y que les permita así, un avance mayor en sus planes y
estrategias, al mismo tiempo que los vuelve más competentes para la demanda de
recursos financieros ante el Gobierno Federal.
No se trata de una mera metropolización de los servicios, porque ello implicaría
en gran medida, la metropolización, también, de la toma de decisiones, pero sí
de una comunicación que facilite la uniformidad de las políticas públicas.
Y en ese sentido se enmarca, en el mismo grado de importancia, una política
cultural, uniforme y definida, para toda la Zona Conurbada de Guadalajara.
Si bien es identificable la labor que la Secretaría de Cultura de Jalisco hace en los
municipios que rodean a Guadalajara, el campo de acción principal de esta
dependencia del Gobierno del Estado, se ha distinguido por los programas
exitosos que ha implementado en el resto de los municipios alejados de la
capital jalisciense.
Este tipo de estructura o funcionamiento ya existe en algunas dependencias
estatales, cuya ventaja mayor radica en la aplicación estratégica de los
recursos motivada por la no duplicidad de funciones, caso tan socorrido en las
administraciones municipales.
Por otro lado, bajo un esquema de política cultural de esta naturaleza, se abriría
la posibilidad de definir el vocacionamiento de la infraestructura cultural,
así como el perfil profesional y de trayectoria de los directivos.
La Zona Conurbada de Guadalajara bajo una política cultural definida y uniforme
para todos sus municipios, no tendría otro destino que el de fortalecer sus
recursos, crecer sus espacios y ensanchar sus opciones artísticas y culturales.
Este año, que apenas inicia, es también el primer trazo de lo que promete
convertirse en una oferta cultural tan diversa y diferenciada como la que debe
tener una ciudad como ésta.
comprendida ahora por Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de
Zúñiga, El Salto, Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán, se preparan
notorios cambios en la conformación y ejecución de políticas públicas,
enfocadas al equilibrio y equidad de los servicios urbanos.
Con ello crece la demanda de beneficios sociales y se obliga al gobierno (a los
ocho gobiernos municipales) a diseñar la coordinación necesaria para integrarse
en una sola unidad y que les permita así, un avance mayor en sus planes y
estrategias, al mismo tiempo que los vuelve más competentes para la demanda de
recursos financieros ante el Gobierno Federal.
No se trata de una mera metropolización de los servicios, porque ello implicaría
en gran medida, la metropolización, también, de la toma de decisiones, pero sí
de una comunicación que facilite la uniformidad de las políticas públicas.
Y en ese sentido se enmarca, en el mismo grado de importancia, una política
cultural, uniforme y definida, para toda la Zona Conurbada de Guadalajara.
Si bien es identificable la labor que la Secretaría de Cultura de Jalisco hace en los
municipios que rodean a Guadalajara, el campo de acción principal de esta
dependencia del Gobierno del Estado, se ha distinguido por los programas
exitosos que ha implementado en el resto de los municipios alejados de la
capital jalisciense.
Este tipo de estructura o funcionamiento ya existe en algunas dependencias
estatales, cuya ventaja mayor radica en la aplicación estratégica de los
recursos motivada por la no duplicidad de funciones, caso tan socorrido en las
administraciones municipales.
Por otro lado, bajo un esquema de política cultural de esta naturaleza, se abriría
la posibilidad de definir el vocacionamiento de la infraestructura cultural,
así como el perfil profesional y de trayectoria de los directivos.
La Zona Conurbada de Guadalajara bajo una política cultural definida y uniforme
para todos sus municipios, no tendría otro destino que el de fortalecer sus
recursos, crecer sus espacios y ensanchar sus opciones artísticas y culturales.
Este año, que apenas inicia, es también el primer trazo de lo que promete
convertirse en una oferta cultural tan diversa y diferenciada como la que debe
tener una ciudad como ésta.