Cultura

Itinerario

Reconocer a Petersen

La llegada de Alfonso Petersen Farah a la presidencia municipal de Guadalajara permitió que se renovara el voto de confianza en un gobierno que apostaba a regirse conforme a las demandas sociales.

Con su perfil ciudadano, al doctor le fue ajeno el manejo político, particularmente el partidista, donde los de su propio frente le vulneraron algunas direcciones, que luego usaron como plataformas de operación preelectoral, y entre las cuales la de Cultura fue de las más sacudidas por la denuncia de algunos regidores de oposición.

Del Plan Municipal de Desarrollo emergía como eje central y trascendente la redensificación del Centro Histórico, -como efecto natural de la infraestructura para los Juegos Panamericanos- eje que figuró en todo momento como carta fuerte de la administración.

Entre las líneas que de él se desprendían se anunciaron “Ciudad verde” que contemplaba la reforestación de toda la extensión tapatía; el “Rescate de espacios públicos” encabezado por la construcción de la Villa Panamericana en la zona del Parque Morelos; “Ampliación de la infraestructura cultural” liderado por la terminación e inauguración del antiguo cine Variedades, bautizado sin existir -desde hace cuatro administraciones- como Teatro de la Ciudad; e “identidad tapatía”, luego publicitado como “Orguyo tapatío” que incluía la remodelación del perímetro del Centro Histórico, en donde destacaba el cambio de banquetas y rehabilitación de mercados.

El alcalde, nombrado también responsable de los Juegos Panamericanos, se envolvió en la bandera de la justa deportiva y se mantuvo, puntualmente ausente, del resto de sus facultades.

En referencia al Plan Municipal de Desarrollo, lo más reciente registrado en Guadalajara son las manifestaciones contra la tala de árboles propiciadas por la construcción del puente atirantado, obra que realiza el gobierno del Estado; o la demolición de todo un barrio, circundante del Parque Morelos, que pese a la negativa de los vecinos, fue destruido y abandonado con un desfalco al erario mayor a los 400 millones de pesos; o la deslumbrante apertura de un café, particular, en lo que fuera el vestíbulo del antiguo Cine Variedades, seguido de denuncias por censura e incumplimiento contra la administración, por parte de los artistas; o las banquetas que guardan en su historial haber sido motivo de muertes de peatones invidentes y pérdidas millonarias de comercios y que, a 10 días de concluir la presente administración, los mercados lucen su intocable pestilencia.

Pese a este recuento de hechos verificables e irrefutables, debemos los tapatíos reconocer a Petersen haber propiciado, luego de 15 años, la alternancia en Guadalajara.

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