Viernes, 29 de Marzo 2024

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Visión y decisión

Por: EL INFORMADOR


Es de origen el vicio político de mezclar la economía en campañas electorales. En esta ocasión la crisis financiera abre los espacios y eleva las expectativas de riesgo. La respuesta de la población en su generalidad es de temor, pero la profusión de hechos también ha curtido los sentimientos, y aunque la expectativa no es tranquilizante, sí hay mayor precaución sobre personas y bienes.

Lucro electoral

La recesión por la que atraviesa gran número de países no es causa suficiente y mucho menos razón para elevar la delincuencia, pero sí alienta el discurso faccioso y falso de solución, ligando la palabra economía, que como la crisis: no hay sitio donde dure 100 años ni pueblo que la soporte.

La incidencia delictiva se da en mayor proporción en las metrópolis más pobladas: Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey. Por lo mismo, se les menciona a las dos últimas como “un México pequeño”. Nada halagadora comparación, pero sí digna de aprecio y previsión, al menos durante la actual temporada de campañas electorales donde se suceden las menciones de todo tipo, incluyendo las provenientes de aquellos egresados de la delincuencia.

A través de los medios de comunicación y en cumplimiento a su responsabilidad social, informan y se recomiendan precauciones, incluyendo la denuncia. Lo lamentable es que este recurso, que en teoría es garante de la tranquilidad, coloca al denunciante en posición vulnerable, o en el mejor de los casos carece de ejemplar respuesta efectiva.

El mesianismo de discursos políticos prometiendo mejores condiciones económicas, luchar y hasta abatir la delincuencia carece de fundamento sin la definición de forma y tiempo para lograrlo. Si el empleo es una, la obtención de trabajo en condiciones con mejor retribución tiene por causa y consecuencia la elevación del nivel educativo y de inmediato la capacitación, principios generadores de productividad.

Hoy, todo bien, producto o servicio, tiene el imperativo de sobrevivir en el plano competitivo internacional. No hay milagro, golpe de fortuna o edicto que supla el principio: “Trabaja y vendrá la recompensa”. Después de la influenza A H1N1 viene la crisis económica, y por más distracciones de intenciones y promesas electorales, es inobjetable la inseguridad fecundada por el desempleo.

La circunstancia de temor creada en torno a la potencial pérdida de salud y vida, léase influenza, expone la necesidad de armonizar intereses de capital, trabajo y lineamientos legislativos promotores de inversión, nacional y extranjera, sobre condiciones actualizadas de rendimiento justo al capital y retribución adecuada al trabajador; sueño precursor de equidad. Tales planteamientos legislativos aún son ajenos de los candidatos a la integración de los congresos federal y de Jalisco, donde adicional será la elección de 125 planillas de regidores, incluyendo los integrantes de la populosa Zona Metropolitana de Guadalajara.

Dios nos guarde de la discordia.

CARLOS CORTÉS VÁZQUEZ / Consultor en comunicación.
Correo electrónico: sicpm@informador.com.mx

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