Domingo, 03 de Noviembre 2024

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Seis meses y nada

Por: EL INFORMADOR

“La situación es muy grave… es la peor tragedia ocurrida hasta ahora”. Con esa frase, un impresionado Daniel Karam, director del IMSS, reportaba la madrugada del 6 de junio al secretario Fernando Gómez Mont, lo sucedido horas antes en la guardería ABC de Hermosillo. El funcionario había llegado la noche del viernes 5 a la capital sonorense y había dejado todo en su oficina del Distrito Federal para conocer, por instrucciones presidenciales, la magnitud de la tragedia.

Aquella misma noche, antes de hablar a Gobernación, después de recorrer los hospitales donde estaban los niños con quemaduras graves, Karam habló con sus hijos, de entre tres y seis años de edad y, conmocionado, se soltó a llorar por el teléfono. “Me derrumbé en ese momento de pensar siquiera que hubieran estado en aquel lugar”, cuenta el funcionario al recordar la tragedia.

El primer contacto que Karam tuvo con el gobernador Eduardo Bours fue hasta la mañana del sábado 6, porque la noche anterior el mandatario dejó encargados a sus subalternos y se fue a dormir tranquilamente a su casa. A bordo de una camioneta Suburban, en el trayecto a la bodega que particulares habilitaron como “guardería subrogada del IMSS”, Bours lanzó el primer misil de lo que después sería una guerra entre su administración y el Gobierno federal: “Hay una prima de Margarita entre las dueñas”.

El mensaje de Bours no tardó mucho en llegar al Presidente. Aquella misma tarde, a bordo de otra camioneta, Karam le dijo a Calderón el comentario del gobernador. “Que no se pase este c… No sé si sea o no pariente de Margarita, pero que se investigue a todos los dueños”, fue el comentario molesto del Presidente.

Pero algo pasó con aquella ira presidencial y aquel dolor de los funcionarios, porque seis meses después no hay uno solo de los dueños de la guardería detenido. Sus paraderos, incluido el de la prima de la primera dama y las esposas de varios ex secretarios del gabinete de Bours, sigue siendo un misterio y —salvo versiones de que varios de ellos viven tranquilamente en ciudades de Estados Unidos o Canadá— nada ha informado o avanzado la PGR a medio año de “la peor tragedia ocurrida hasta ahora”.

Parece como si el Gobierno —federal o del Estado— apostara al olvido y a las “migajas” que les dieron a los padres que aceptaron las indemnizaciones, para que la muerte de los 49 niños quedara sepultada. A Bours se le vio recientemente en un evento social, en el sur del Distrito Federal, de lo más relajado y sonriente; al nuevo gobernador panista de Sonora, Guillermo Padres, no se le ha visto un compromiso con la investigación y ya se le olvidó que fue la muerte de esos niños la que lo hizo ganar las elecciones; a Daniel Karam se le ve metido en el IMSS y con varios programas de supervisión y verificación que surgieron tras la tragedia a las guarderías subrogadas del IMSS; al Presidente Calderón no se le ha vuelto oír hablar del tema.

Y a los padres de los 49 niños se les ve deambular en busca de justicia; de oficina en oficina pública, en Hermosillo o el Distrito Federal, van los pocos que han seguido en la batalla; a otros, la mayoría, que ya no creen en nada, sólo les queda llorar en la intimidad cada que ven una foto de su niño sonriente.

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