Jueves, 25 de Abril 2024

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Por: EL INFORMADOR

La camita pal’ PRI

Y nos la hicieron. Coludidos el PAN y el PRI ante la azorada mirada del PRD, echaron al país para atrás, sin decoro alguno.

Hace poco más de una década la sociedad civil mexicana aprendió a cabildear, a participar activamente en las decisiones del Congreso de la Unión; antes eran unos cuantos los que tenían acceso, pero a partir del año 2000, cuando comenzó lo que dieron por llamar la “fiesta de la democracia”, las organizaciones civiles de todos tipos establecieron diálogos eficientes, y en gran medida gracias a ello el Congreso entendió que los recursos que se entregaban a los gobernadores debían llevar etiquetas, es decir, ir previamente marcados de tal manera que durante la rendición de cuentas, por ejemplo, no hubiera forma de que los recursos para mejorar la vida de personas discapacitadas terminaran en las campañas para alcaldes o en el bolsillo del gobernador en turno. En caso de que ciertos recursos no fueran aplicados en los estados, debían devolverlos a la Federación. Tal fue el caso de la Secretaría de Salud en 2009.

Varios estados tuvieron un importante subejercicio en el tema de violencia contra las mujeres y tuvieron de devolver el dinero.
A decir verdad, íbamos bien, avanzamos en términos de establecimiento de controles y poco a poco entre etiquetas y candados se abatía de manera confiable una fuente de corrupción. Bueno, pues esta legislatura abofeteó al país de la manera más burda y evidente. El PAN y PRI se coludieron y en lo oscurito rasuraron la ley de presupuesto de sus mecanismos formales de transparencia, rendición de cuentas y obligatoriedad. En pocas palabras, los gobernadores se servirán con la cuchara grande sin que puedan aplicarles la ley.

Durante la discusión se filtró una plática entre Josefina Vázquez Mota y diputadas del PRD que le reclamaron en corto la ausencia de etiquetación de recursos. La respuestas de la notable panista fue: “No se preocupen, la semana entrante nosotros lo arreglamos con Carstens”. Más allá de lo que signifique solicitar a Carstens algún tipo de recurso de control, a manera de “favorcito”, el problema de fondo es que el Congreso traicionó al país al erradicar la exigencia de indicadores de resultados, las evaluaciones de desempeño y la rendición de cuentas de recursos del Ramo 33, que históricamente había sido caja chica de los gobiernos locales.

Sería ingenuo ignorar que 2010 es el año para reunir fondos para las elecciones de 2012. Lo imperdonable es que el PAN le siga tendiendo la camita al PRI para retomar el país, y para ello nos regrese a la opacidad presupuestal.

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