| Oro y espejitos Por: EL INFORMADOR 4 de junio de 2008 - 23:00 hs ENTRE VERAS Y BROMAS El ciudadano común es reacio a las metáforas e impermeable a los eufemismos. A él, como decían —sabiamente— las abuelas de antaño: “Al pan, pan, y al vino, vino”. O también, “Las cuentas claras y el chocolate espeso”. Punto. —II— Toda la verborrea que surgió del Congreso del Estado para tratar de explicar las implicaciones económicas inmediatas de la cacareada “Reforma Electoral”, es vil espuma. Saliva perfumada, y gracias... En todo caso, si alguien despoja al asunto de sus artificios oratorios, algo queda en claro: que las próximas elecciones —las del año entrante para renovar autoridades municipales y la nómina de los diputados locales— implicarán una “derrama” de 236 millones de pesos para los partidos políticos... independientemente del costo de la elección misma. (Como dato de referencia, el proceso local de 2006 costó 270 millones de pesos). Como mera curiosidad, el origen de los fondos, en ambos casos, es el bolsillo del ciudadano. Esas cifras corresponden a una de las diversas partidas que tienen a su entera disposición quienes manejan las arcas públicas a partir del compromiso —estrictamente verbal, desde luego— de “ver, en todo, por el bien del pueblo”. (Otra sería el “gasto corriente”; es decir, la nómina; es decir, el costo del cada vez más obeso, ineficiente y corrupto aparato burocrático. Otra, el “gasto social”; es decir, todo lo que se traduce, realmente, en mejores condiciones de vida para el ciudadano común... y especialmente para los “idiotas útiles” —como llamaba Lenin a quienes, viviendo en las “democracias occidentales”, facilitaban la propagación del comunismo internacional— que, por ingenuidad, por ignorancia, por hambre, o por una mezcla de las tres, cambian el oro de sus votos por los espejitos de las promesas de campaña). —III— Si se toma en cuenta el cada vez más generalizado desencanto de los ciudadanos, que cuando se da el lujo de tener elecciones creíbles constata, frustrado, que los gobernantes, vía de regla, se quedan muy por debajo de lo que parecían ser como candidatos, la conclusión cae por su propio peso: como en los tiempos en que el “Tlacuache” Garizurieta acuñó la celebérrima frase “Vivir fuera del Presupuesto sigue siendo vivir en el error”. Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones