Lunes, 13 de Octubre 2025

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Los intocables

Por: EL INFORMADOR


Petróleos Mexicanos (Pemex) no necesita una reforma, pues su quebranto es por “la corrupción de sus actuales líderes”, dice… ¡La Quina!, Joaquín Hernández Galicia, el líder sindical, cabeza de un imperio corrupto y criminal, la quinta esencia del sindicalismo expoliador.

Somos increíbles, cuánto descaro, cuánta desfachatez.

¿Cuántos sindicatos hay? Miles, por decir poco. Cada uno tiene uno o varios líderes. ¿Qué pretenden? La respuesta lógica sería el beneficio de sus agremiados, pero no, lo cosa no funciona así, lo único que pretenden, sea cual sea el tamaño de su sindicato, es el poder. Y amparados por la intocable y sacrosanta “autonomía sindical”, tienden cortinas de humo a sus maniobras, manipulan las cuotas sindicales, demuelen por igual a sus obreros y a las empresas, se niegan a rendir cuentas, exigen obediencia absoluta y, luego, con el mayor descaro, hacen ostentación de su riqueza, como lo vemos a diario y en todos; en la lideresa del magisterio, Elba Esther Gordillo; el líder de Pemex, Carlos Romero Deschamps; el líder de los mineros, Napito, escondido en Canadá, y ¿qué me dicen del “Güero Barba”, aquí en Guadalajara, y sus penthouse y demás departamentos de lujo y su colección de autos por supuesto de lujo?, y lo vemos también en lidercillos de hebilla de oro, anillo de calavera y Rolex con brillantitos. Y lo peor e
s esta maraña entre el poder político y el sindical que llegó a extremos como el caso “Pemexgate”, en donde miles de millones de pesos del sindicato (de nuestros impuestos) fueron a dar a una campaña presidencial y, en retribución, el máximo dirigente está protegido por el maldito “fuero” y nadie del Partido Revolucionario Institucional (PRI) aceptará que la reforma a Pemex toque al sindicato.

Dígame usted, querido lector, ¿qué país puede aguantar tanto desangre?

Recordando al periodista Manuel Buendía, asesinado durante el Gobierno de Miguel de la Madrid, en aquellos tiempos dio datos espeluznantes sobre Pemex; además de las cuotas sindicales, los líderes percibían un equivalente a 20 millones de dólares al año. Por las regalías de ventas sumaban a sus ingresos anuales otros 40 millones de dólares.

Pero esas cantidades eran ridículas si se comparaban con los 530 millones de dólares anuales que percibían como parte del volumen bruto que les correspondía por los contratos.

Poco tiempo después, Buendía escribió, basado en nuevos informes, que las transferencias de Pemex a la dirigencia sindical rebasaban los 800 millones de dólares al año.

En una mano de póquer, el entonces líder formal del sindicato, Salvador Barragán Camacho, llegó a perder 650 mil dólares en Las Vegas. ¡Así nomás!

Y como este ejemplo hay miles, en grandes empresas, pequeños negocios, el “líder” llega amenazador con el patrón de una fábrica, le presenta un panorama aterrador de lo que sucederá si no “coopera” para que el sindicato esté en paz, promete huelgas y paros si no cumplen sus deseos o se restituye a un trabajador que, borracho, dañó la maquinaria y se ausentó sin razón por más de una semana.

Mientras los sindicatos sigan siendo intocables, nunca saldremos adelante.

CARLOS CORVERA / Analista político.
Correo electrónico: corveracmx@hotmail.com

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