Jueves, 28 de Marzo 2024

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“La estrategia hace agua”

Por: EL INFORMADOR

Ayer decíamos...

Hay ocasiones en que algún solitario lector se comunica con nosotros y resulta que éstos tienen un bagaje cultural y un sentido crítico envidiables. Esta semana volvió a hacer el favor de escribirme el arquitecto Ochoa, cuyas comunicaciones siempre son de gran interés, lo que debido al oficio que muestra es muy posible se trate de una persona acostumbrada a comunicar, probablemente un profesional. Coincido con él en muchos puntos sobre todo relativos a las elecciones y la poca relación que en nuestro entorno éstas tienen con la democracia.

Por lo demás, mi propósito de alejarme de la diarrea de publicidad electoral que ha resultado fallida, es imposible separarse por completo de la propaganda ya que en la mañana por debajo de la puerta varios candidatos dejan su basural, desde luego que no las leo, pero contaminan porque los repartidores para acabar rápido meten puñitos como de seis u ocho, por lo que sumados a igual número de candidatos, digamos a alcaldes, ya son 36 papeles a tirar, y eso antes de leer el periódico. Alguien que sabe de eso me dice que ese tipo de publicidad es muy usado, porque el ifecito local, ni el federal pueden saber cuántos ejemplares mandaron hacer y repartir y puede meterse dinero negro con la plena autorización de las autoridades, tan inocentes cuando hay que hacerse tarugos. Descubrirlos sería echar a perder el negocio de todos. Si usted tiene la buena suerte de no encontrarse en un alto o atasco con un alegre grupo de “desinteresados” partidarios (jamás se me ocurriría pensar que toda esta gente no está por amor a
la democracia) que lo llenen de la misma publicidad, llegará usted a su trabajo y otra vez el papelero bajo la puerta, suponiendo que no reciba usted ninguna llamada “amigable” o una carta diciéndote que quieren ser tus amiguitos (un vendedor de seguros tiene dos años tratando de hacer una cita con un candidato a alcalde durante el tiempo que éste fue diputado y fue imposible, y ahora recibió una carta poniéndose a sus órdenes, el vendedor estaba furioso). Si usted a falta de transporte público, o por tener la desgracia de vivir a 10 kilómetros de donde pasa el nacobús, tuvo el infortunio de llevarse un auto al trabajo, prepárese a cambiar los hules de los limpiabrisas, porque ¡oh sorpresa! le pusieron otro puño de los papeles de marras y se los fregaron. He puesto letreros en casa, oficina y auto diciendo que les creo, que son lo máximo, que prometo no quejarme de sus acciones y raterías, que sólo quiero que no me enfaden y por ello no recibo propaganda electoral, no se me hace mucho pedir. Pero mi blindaje
anti electoral está más o menos como el blindaje económico del Gobierno: haciendo agua.

Lo que más nos ha defendido de lo electoral es la cuestión del virus de la influencia (perdón, pero no sé italiano) aviar, porcina, humana y en lo que se convierta esta semana. Gracias a ella se han disminuido los daños electorales. Parece que ya se normalizan las cosas, y es que la verdad los de a pie no entendemos bien qué está pasando, la Organización Mundial de la Salud al decretar el nivel cinco, recomienda restringir el transporte público, cuestión que ningún medio nacional mencionó y que tiene toda la lógica del mundo, resulta absurdo cerrar una cantina, digamos la “me estoy riendo” con capacidad máxima de 30 comensales y dos cantineros alternados durante el día, y que funcione el metro con cuatro millones de pasajeros diarios, como que no checa. Yo creo que sí supieron de la restricción, pero la cambiaron por la lavada de los vehículos, faltó bañar a los vacunos y a sus primos elegantes los nacovacunos.

Los que afirmaban que el presidente estaba utilizando la crisis para empoderarse tenían razón, según encuestas aparecidas esta semana le sirvió y le sirvió a su partido —lo que no quiere decir que fuera inventada la pandemia—, pero no hay triunfo completo y tuvo con ésta que darse cuenta de que lo que le han hecho creer sus barberos respecto a que se estaba convirtiendo en un estadista, líder de la comunidad internacional es falso, en eso está a la baja, ya no aguantamos los desaires y malos tratos de los países que creíamos amigos y a los que sólo les hemos hecho favores. Los únicos que se han portado bien son los gringos y los españoles, a los que por lo general los criticamos, sobre todo a los primeros.

Pero qué tenemos que agradecer a China, que nos invada con piratería, el presidente debía cerrar el comercio con los orientales. Y qué decir de Argentina, a la que protege la canciller, casada con argentino, díganles que para que no se enfermen sus nacionales que tenemos de meseros ilegales, devuélvanselos; a los peruanos decirles que en su siguiente temblor otro les mande hospital y ayuda, y qué opinan ustedes de Cuba, si algún país le debe a nuestro país solidaridad son ellos, y la dupla Fox y la linda Martita tenían razón, no son confiables, y esto también puede convertirse en pandemia y cualquier tiranuelo de tercera va a venir a zapatearle a México, y eso no puede admitirse; sin violaciones a derechos humanos, sin salvajismo, pero con firmeza hay que restablecer la equidad.

En la alameda me dijo un loco: si no me quieres ni yo tampoco.

CARLOS ENRIGUE / Abogado.
Correo electrónico: ayerdeciamos@hotmail.com

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