La Presidencia y movilidad social

De padre keniata y madre estadounidense del Estado de Kansas. Padre negro y madre blanca, el senador Barack Obama, el ahora (por fin) nominado por la casta demócrata de Estados Unidos a ocupar el puesto de candidato a Presidente de ese país, representa la extraordinaria movilidad social en ese país. Esta movilidad nos explica porqué tantos migrantes alrededor del mundo corren extraordinarios riesgos para buscar una mejor vida en los Estados Unidos. De ganar las elecciones, en noviembre próximo, contra su opositor republicano el senador John McCain, será el primer presidente del vecino del Norte afro americano, pero también un verdadero ejemplo de lo que representa este fenómeno migratorio para los Estados Unidos.

Lo extraordinario en esta contienda política es que la flexibilidad y diversidad en los perfiles de los candidatos es sin duda el reflejo de una democracia bien cimentada y llevada a la práctica por los miembros del Partido Demócrata, quienes hasta el pasado martes tenían entre sus filas la más aguerrida candidata, hecho que también se quedará en nuestras memorias y la recordaremos como la mujer que pudo ser… pudo ser la líder, la presidenta. Y es que la senadora Hillary Clinton se quedó a tan sólo 210 delegados de simplemente hacer historia. Y sigue sin darse por vencida. Se  rumora —según versiones difundidas por varios medios, incluidos CNN y “The New York Times”— que continuará presionando y negociando para que sea nominada como candidata a la vicepresidencia, para fusionar una fórmula visiblemente fuerte y con miras de protagonizar un episodio más dentro de la gala política de Estados Unidos.

Claro que esto queda en simple especulación, por lo pronto, se anunció que este fin de semana, en Washington D.C., la aspirante demócrata anunciará su retiro de la campaña por la candidatura a la presidencia, en donde programa dar las gracias a todos sus partidarios por los últimos 16 meses de apoyo a su campaña.

Así, la raza, el color de la piel, la ascendencia y posiblemente género, serán términos que jugarán un papel preponderante durante los siguientes meses dentro de la contienda política estadounidense.

Una última consideración: me da tristeza pensar que en el México de hoy en día, es casi inconcebible pensar que un indígena o una persona que proviene de una situación familiar de marginación económica pudiese algún día convertirse en presidente de México. La movilidad social y política en este país en pleno Siglo XXI, es poca... yo diría que casi nula... Y esto es triste e irónico, porque en el México del Siglo XVIII sucedió lo que parecería inconcebible en el México de hoy: Un indígena llamado Benito Juárez, logró mantenerse en la silla presidencial mexicana de 1858-1872. Este niño huérfano a los tres años que trabajó como peón de campo y como pastor de ovejas, llegó a la Ciudad de México sin saber hablar español, años después ingresaría a un seminario en donde obtendría una educación completa para después inclinarse por el derecho y más tarde ser un parteaguas en la historia mexicana… “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

ANA MARÍA SALAZAR / Analista política.
www.anamariasalazar.com