Sábado, 11 de Octubre 2025

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El tiempo de las flores

Por: EL INFORMADOR


A mí me parece que mayo es el más bello mes del año. Ya se fue. Hasta su nombre no tiene igual. Primaveral, florido. Hasta en los lugares donde el clima es frío, mayo se presenta templado, acariciante, y mientras contemplamos los capullos de las flores que van a abrirse, los rayos del Sol nos regalan su luz y su calor considerado ni fuerte ni débil, a una temperatura amiga.

Eso fue para mí siempre este mes amistoso. Era el mes de las primeras comuniones, el de llevar flores a María. Las niñas se vestían de blanco y todas las tardes llevaban al altar de la Virgen su canastillo repleto de flores. Cosas bellas del reciente pasado.

Mis hijas me decían:

—Quiero ir.

Y fueron con su cesta florida y su traje blanco.

Este año, aquí, en Toluca, el mes de mayo ha estado destanteado. Es verdad que siempre algunos días se adelantan a la temporada de lluvias que en junio ya se abre con abundancia, en muchos casos peligrosa.

En este mayo que se nos ha ido hemos tenido aquí de todo: lluvias, granizo, frío, sol, calor y noches frías. Es verdad que el tiempo ha cambiado sin darnos cuenta al principio del fenómeno, pero en cuanto empezamos a notar la novedad llamada “cambio climático” ¿era ya tarde para enmendar nuestro error?

Actualmente en todos los países hay grupos interesados en lograr que la Tierra vuelva a ser lo que fue. Deseo que lo logren.

Cuando veo bosques que todavía existen, el verdor de sus copas me da un paso a la felicidad. Como cuando aparecen arroyos cristalinos en vez de esas manchas de agua sucia, donde gente sin escrúpulos deja caer su contaminación. Pero pensamos con tristeza si estas bellezas serán respetadas por siempre.

Con frecuencia nos muestra la televisión espacios amplios de campos que parecen borrados del mundo, rapados, con hojas caídas y marchitas y ramas mutiladas. Nos decimos entonces: “¡Qué mundo éste!”, y nos vamos a un sueño: a un mes de mayo del pasado, tranquilo, lleno de flores y césped, con árboles respetados y dadivosos de frutos y sombra templada.

Va a ser larga y trabajosa la tarea de dar a la Tierra lo que le hemos quitado sin su permiso, sin el cálculo que se debió hacer. Los políticos hablan del bien que debemos legar a nuestros descendientes y, verdaderamente, da dolor pensar lo que encontrará ese nene al que acabamos de ver en su carriola durmiendo plácidamente.

Ojalá vuelva pronto el tiempo de las flores y las ramas de los árboles estén repletas de ellas.

GABRIEL PAZ / Escritora.
Correo electrónico: macachi809@hotmail.com

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