Educación

Desde hace varias semanas —aunque es un tema recurrente en alocuciones oficiales—, la educación, diferentes conceptos relativos a esa realidad en México, aparece de manera constante en los discursos del Presidente Felipe Calderón.

En este año, el 14 de abril, cuando inició la Semana Nacional de Evaluación, el Primer Mandatario habló de la necesidad de una reforma educativa; después (no es una lista exhaustiva ni mucho menos), el 15 de mayo, Día del Maestro, convocó a la Alianza estratégica por la Calidad de la Educación, y apenas el 2 de junio, en un acto del programa “Vivir mejor”, en el Estado de Guerrero, Felipe Calderón dijo que es preciso revolucionar la forma en que los mexicanos son educados y que, entre otras cosas, las plazas de los maestros no se deben asignar por la decisión discrecional de una persona o de un grupo dentro de la Secretaría de Educación Pública o dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

El mismo 15 de mayo, Elba Esther Gordillo, líder nacional del magisterio, se refirió a conceptos similares.

Por otra parte, el Presidente de la República nos ha dispensado con otros mensajes que creo debemos leer entre líneas, como la llamada de atención durante un acto público a la secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, así como la invitación para que las dos mujeres, refiriéndose a Josefina y a Elba Esther, trabajen juntas a favor de la educación en México.

Toda esta información se ha dado mientras los titulares de los medios de comunicación, en general, destacan de manera indistinta, los operativos de seguridad y los debates de la reforma energética; de hecho, hace poco, el 21 de mayo para ser precisos, en un acto del Instituto Politécnico Nacional, Felipe Calderón habló de la reforma energética (petrolera) como indispensable para financiar el desarrollo de nuestro país, específicamente salud y educación.

No obstante, no hay un anuncio claro de que el Gobierno federal esté trabajando en una reforma educativa, aunque, más que eso, lo que se necesita es una revolución educativa, dados los rezagos que en esa materia enfrentamos los mexicanos desde hace décadas, a pesar de los discursos.

Sin embargo, ahora, mi lectura con respecto a estos mensajes es que pronto algo pasará en el sector educativo. Y quiero pensar que será bueno.

Son claras las diferencias entre las dos mujeres de la educación y las manifestaciones contra Elba Esther Gordillo, cotidianas: maestros de Tabasco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán manifiestan su inconformidad un día sí y otro también, y con frecuencia violentamente, contra “la maestra”.

Sí, espero que pase algo ya.

LAURA CASTRO GOLARTE / Periodista.
Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com