| Con escasos 40 mil años de edad… Por: EL INFORMADOR 3 de junio de 2008 - 23:00 hs Las primeras rocas de nuestro planeta se formaron hace tres mil 500 millones de años. Los humanos existimos hace apenas 40 mil años. Nuestra vida, por lo tanto, es brevísima. Podemos extinguirnos como especie antes de que termine al siglo XXI, ya que no hemos reconocido el procedimiento para revertir las condiciones que han propiciado el cambio climático. La fecha de la extinción de la raza humana fue la conclusión a que llegó un amplio grupo de científicos de las más diversas disciplinas, cuyas opiniones pueden ser conocidas en “La última hora” (“The 11th hour”), un documental de Leonardo di Caprio, que el año pasado fue exhibido en Cannes, del cual sintetizo lo posible: La alteración brutal del número de habitantes del planeta se dio entre los siglos XIX y XX, cuando transitamos de mil millones de humanos a seis mil millones de personas. El acelerado crecimiento de la raza humana alteró la relación con el resto de las especies, ya que la presencia humana se tornó desproporcionada. A partir de la Revolución Industrial convertimos el medio ambiente en mercancía explotada, con la falsa certeza de que era de duración infinita. Al trabajar con el petróleo como fundamento de actividades productivas, dio principio la destrucción acelerada de la atmósfera, los mares, los ríos, los bosques, los lagos y las selvas, y acabamos con millones de especies animales y vegetales, de cuya existencia ni siquiera supimos. Debido a la petroquímica fabricamos materiales cada vez más perniciosos para la biodiversidad y nuestro propio organismo. Al suprimir áreas boscosas para generar más carne y cereales, reducimos la humedad de los suelos, fomentamos el avance de los desiertos y agudizamos la fiebre que hoy derrite los glaciares y atiza la furia de las lluvias, de los vientos y de los incendios, mientras la miseria de los más pobres se agrava con los terremotos. De continuar la ascensión de la temperatura planetaria, dentro de medio siglo habrá cientos de millones de “refugiados ecológicos” debido a la desaparición de los litorales invadidos por el océano, y de los territorios en los que el calor sea mortal. Concentrados en los problemas cotidianos, nadie hace nada para impedir la agonía de nuestra especie. Las soluciones propuestas por los científicos son difíciles de lograr, una de ellas es sustituir el petróleo por fuentes de energía alternativas naturales: la eólica y la solar. En realidad, estamos envueltos en una triple crisis —económica, política y ecológica— con hondas ramificaciones religiosas y culturales, que pone en duda el limitado enfoque de los científicos que debiera incluir un cambio político e ideológico; un ejemplo es el caso mexicano, en cuyo territorio las Fuerzas Armadas gubernamentales resultan inútiles ante el poder de fuego del narcotráfico; la supervivencia del Gobierno de facto es incierta ante el hecho de que el país cuenta con reservas de grano para nueve meses y carece de proyecto para enfrentar la crisis alimentaria y el derrumbe financiero de Estados Unidos. MARTHA GONZÁLEZ ESCOBAR / Divulgadora científica. UdeG. Correo electrónico: marthaggonzalez@yahoo.com.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones