| Ciudad descompuesta Por: EL INFORMADOR 23 de junio de 2008 - 23:00 hs Aquí cada año, entre los meses de junio y noviembre, la principal noticia repetida (que no deja de aparecer diariamente en todos los medios de comunicación) es el tema de la lluvia y los estragos que ésta nos provoca. Aunque se sabe que en Guadalajara cada año en esta temporada siempre se caen los árboles, se inundan las calles y abundan los destrozos, esto no deja de asombrarnos y acaparar las primeras planas; como si casi nunca se hubiera visto algo parecido aquí. El escándalo que ha despertado la obra vial del cruce de las avenidas López Mateos y Las Rosas es una llamada de atención a la ciudad que vamos generando. A casi un año desde su inauguración, el paso a desnivel se ha quedado en coma; el tubo del drenaje tronó con las primeras aguas. Una vez más, lo que se pone de manifiesto es que nuestra gran ciudad metropolitana sigue creciendo muy desordenadamente. Las prisas nos rebasan sin ponernos de acuerdo en los objetivos, propósitos y medios para saber qué ciudad queremos; ¿cómo lograrla? ¿Y cómo no se van a inundar nuestros primitivos centros comerciales, si se hicieron en lechos de ríos, sobre terrenos de cauces de agua, propiedad de la nación hurtada mediante artilugios notariescos para conseguir metros cuadrados baratos, gratis, para especular y vender caro? Ahí están Los Colomos, Plaza del Sol, etc. ¿Y cómo no se van a caer los árboles si no se les da espacio suficiente para enraizarse bien y se les mutila las ramas (provocándoles podredumbre) para que no se enreden entre los cables eléctricos, justo bajo los cuales los plantaron (a sabiendas de que tarde que temprano iban a crecer, y a ser podados y se iban a enfermar y se iban a caer)? Lamentablemente, la urbanización desordenada de nuestra ciudad es lo que es. Dar marcha atrás sería impensable, por lo costoso en tiempo, dinero, esfuerzo y atención. Sobre todo porque lo nuevo se sigue haciendo igual o peor; pues no se sabe hacer otra cosa. Nuestra ciudad es lo que es. Aquí siempre nos va a llover sobre mojado... siempre. Aquí, todo lo que se mueve, se estorba mutuamente. Los coches se estorban unos a otros cuando más prisa llevan; y cuando llueve, las calles se vuelven los arroyos que alguna vez fueron y todavía desconocen tercamente haber sido rellenados para dar lugar a la invasión de casas, comercios y caminos; la electricidad y las señales de comunicación que fluyen por los cables se ha vuelto una telaraña de alambres que parecen grandes estopas colgantes; las calles están dominadas por franeleros y grafiteros. Los camiones urbanos son como unos depredadores, se pelean velozmente para acaparar las presas pasajeras. La verdadera cara urbana de la ciudad se esconde tras las tecatas cosméticas de las publicidades exteriores de productos y políticos que luchan por dominar la voluntad de nuestras mentes a la hora de actuar en las urnas y en las compras. La pregunta de fondo resulta, finalmente simple: ¿Tiene arreglo la ciudad? Si lo tiene, entonces las cosas tendrán que hacerse de otras maneras. Más inteligentemente. Si no lo tiene, entonces no hay nada que hacer. NORBERTO ÁLVAREZ ROMO / Presidente de Ecometrópolis, A.C. Correo electrónico: nar@megared.net.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones