Jueves, 28 de Marzo 2024

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A revivir el PRD

Por: EL INFORMADOR

Ayer se cumplieron ocho meses de que se celebró la elección del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la que resultó electo, de acuerdo con el fallo de los órganos internos de esa agrupación, el candidato Jesús Ortega Martínez como nuevo presidente del Comité Nacional. La jornada electoral, plagada de irregularidades, fue calificada por el contrincante Alejandro Encinas como “un cochinero”

Ninguno de los dos principales contendientes quedó a salvo de las denuncias de sus adversarios por haber hecho trampa en el proceso. Hasta hechos violentos se presentaron en algunos puntos donde se instalaron casillas de votación. Al final, la decisión favoreció a Ortega, y Encinas anunció que no aceptaría que la presidencia del partido quedara en manos de la corriente que no se ha alineado al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.

En este tortuoso camino que ha recorrido el PRD en los ocho meses que transcurrieron entre la elección y el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que la semana pasada dictó sentencia irrevocable para que Ortega asuma la presidencia del Comité Nacional, un dato crucial es la derrota de López Obrador en su objetivo de descarrilar la reforma energética que, si bien no logró los alcances que se planteó el Presidente Felipe Calderón, salió con apoyo de una buena parte de los legisladores perredistas.

Por ese inobjetable declive del llamado “Peje” en sus delirantes posiciones que pretenden ampliar su base social para construir una nueva candidatura presidencial para la elección de 2012, resultaba fundamental hacerse del control del PRD para tener los recursos que por ley le corresponden a todo partido con registro. No es cualquier cosa no poder disponer de millonarios fondos para solventar los gastos que implica moverse por todo el país en busca de los apoyos que le puedan respaldar para la candidatura.

Ahora, con Ortega a la cabeza del perredismo, los obradoristas tienen sólo dos opciones: aceptar la posición que por estatutos les corresponde, que es la Secretaría General, o marginarse en definitiva del partido para buscar otras alianzas partidistas que permitan lanzar al “Peje” a una nueva aventura electoral en 2012.

De elegir la primera vía, los pejistas estarían entrando a la negociación inmediata de posiciones para la elección intermedia de 2009, abriendo el abanico para tener legisladores bajo las siglas del PRD, además de las del Partido del Trabajo y de Convergencia. Si se marchan del sol azteca, se quedarían sólo con el cobijo de los dos últimos.
Ahí está la disyuntiva. Con “Peje” o sin él, a Ortega le toca darle vida otra vez al PRD, que va en picada.

VÍCTOR E. WARIO / Periodista.
Correo electrónico: vwario@informador.com.mx

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