Pensando menos, quizá, en el público local que en el que tendrán en su gira de la semana próxima a Los Angeles y San Francisco, el quinto programa de la Segunda Temporada 2017 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) fue una especie de “recalentado” del que en marzo pasado se ofreció en el Teatro Degollado y luego se llevó a la reciente gira por Alemania y Austria. Por lo mismo, quizá, la asistencia a la función del viernes pasado, en el Palacio de la Cultura y la Comunicación (PALCCO) resultó un tanto desairada: como cuando la primera reacción del público ante una cartelera es la frase consabida: “Ya la vimos…”.En la primera parte de la velada se incluyeron la suite “Redes”, de Revueltas; el Danzón No. 2, de Arturo Márquez, y “Metal de Tréboles” para cuarteto de percusiones (a cargo, nuevamente, de “Tambuco”) y orquesta, de Javier Álvarez, estrenada hace cuatro meses en Guadalajara.Estridente tanto al principio como en los pasajes climáticos, por exigencias de la batuta de Marco Parisotto, titular de la OFJ, “Redes”, a despecho de su anarquía rítmica y melódica, fue interpretada, en general, con mesura y equilibrio entre secciones. El hilo conductor de una melodía muy definida y cautivante –una auténtica invitación a la danza— del Danzón No. 2, de Márquez, fue, en seguida, un oasis en medio del desierto.Elogiada —tal vez en exceso— por el alarde que implica sincronizar, más que armonizar, tantos elementos disímbolos, por medio de un xilófono, dos marimbas, un arsenal de bongós, tambores, caja de ritmos, armónicas y güiros, “Metal de Tréboles” volvió a ser, como en su estreno, pretexto para reflexionar si la complejidad de una partitura y el alto grado de dificultad que implica su ejecución, le dan el valor estético exigible en toda obra artística. “Tambuco”, en todo caso, en “La Llorona” que ofreció como encore e interpretó con pulcritud y buen gusto admirable, demostró su alto nivel musical.Complementaron la velada “El Salón México”, de Copland (colcha de parches con temas que el compositor captó en un viaje a México hace casi un siglo), y Catfish Row, de Gershwin, con nota sobresaliente a la concertino Angélica Olivo y las cuerdas en el tema más hermoso de Porgy and Bess, y a los solos de clarinete y cello en otros pasajes.El programa se repite este domingo, en el Teatro Degollado, a partir de las 12:30 horas.
