En México, al igual que en la mayor parte del mundo vivimos lo que suele denominarse la “cuesta de enero”, misma que para millones de personas significa una carga importante, pues aunque las cifras estadísticas que nos dan a conocer los órganos oficiales no dejan de ser optimistas y presentan a un país y Estado (Jalisco) pujantes, a la hora de ir al mercado y hacer las cuentas para pagar las deudas e impuestos, como que “no cuadran”, ni en nuestro ánimo, ni en la percepción de que las cosas marcharan como dicen —los que dicen— que saben de economía.De acuerdo con las declaraciones del presidente del Banco de México, Agustín Cartens, la situación de México es mejor a la que se vive en la actualidad en los países más destacados de América Latina, tales como Brasil, Argentina, Chile, solo por mencionar algunas de las economías importantes de esta parte del mundo. Y para los escépticos, la misma concepción la han manifestado personajes del mundo económico de los Estados Unidos y de Europa, lo que equivaldría a una probable, pero difícil complicidad declarativa, que suele presentarse de vez en vez en el imaginario social.Para más, bastaría con recordar las imágenes vistas en prácticamente todas las tiendas —de lo que sea— en el Centro de la ciudad y plazas comerciales (además de los que sabemos acostumbran salir al extranjero a adquirir sus regalos decembrinos), abarrotadas al por mayor; la cantidad de vehículos que circulan por nuestras ciudades, en donde por cierto la Zona Metropolitana de Guadalajara tiene el record de un millón 200 mil autos… y contando, además de que la industria automotriz creció en más de 20%, cuando se esperaba un máximo de 5%, lo que implica que la moneda no está en el aire, sino que ha venido aterrizando y provocando creación de nuevas fuentes de empleo directos e indirectos en la gran cadena de proveedores de la misma.Todo esto con independencia de las facilidades crediticias que hoy se tienen en prácticamente todo tipo de productos, desde inmuebles, hasta equipos electrónicos, en donde —por cierto— las “instituciones bancarias” se encuentran convertidas en las peores agiotistas del planeta, eso sí, con la venia de los gobiernos, la falta de madurez de la ciudadanía y la desvergüenza de quienes las encabezan al cobrar 48% y hasta más de interés.¿Pero y entonces?Pues entonces quiere decir que es tiempo de que hagamos un análisis de lo que sucede en nuestra economía personal y familiar, para poder medir nuestra capacidad de endeudamiento, sin que nos resulte contra producente, pues por lo general gastamos más de lo que ganamos, y además, seguimos siendo pocos los que aportamos a la economía y hay muchos corruptos que prefieren no trabajar.