La necesidad de que por lo menos en los ayuntamientos y en los congresos se permita la reelección, con el propósito de lograr la profesionalización de la clase política, es urgente, sin embargo, el tema es, precisamente, político por antonomasia y será complicado resolverlo en el corto plazo. Una combinación de reelección, con ampliación del periodo de gestión de los munícipes, más mecanismos precisos para la rendición de cuentas y la revocación de mandato, junto con la implementación del servicio civil de carrera, daría como resultado un funcionamiento casi perfecto de las administraciones públicas en beneficio de quienes las mantenemos: los contribuyentes. Falta mucho para que estemos ante un escenario de esta naturaleza, aunque casi todo está dicho y la presión social al respecto es importante, los partidos políticos siguen controlándolo todo y, reitero, difícilmente van a dejar pasar algo así, con todo y que cosecharían mejores ganancias electorales cada tres y cada seis años, pero no nadie hasta ahora les ha explicado esto de manera que actúen en consecuencia y se olviden de andar buscando denodadamente a ver cómo se brincan las leyes. Más bien, sí se les ha explicado pero no quieren entender. Pues bien, el asunto es que en Veracruz se ha dado el primer paso y se aprobó una reforma política que amplía el periodo de gestión de los munícipes de tres a cuatro años. Claro que hace tiempo se logró esta aprobación (enero), pero la determinación se impugnó ante la Suprema Corte y apenas el jueves se dio a conocer la resolución. El Congreso no está emprendiendo una acción inconstitucional. Está en todo su derecho y, lo que es más, puede ser ejemplo para el resto del país. Como muchos y desde hace tiempo, México sí está en condiciones de emprender una reforma política de altos vuelos; y ya sea una reforma más o emprender el proceso para una nueva Constitución como se propone, la reelección de munícipes y legisladores así como la ampliación del periodo de gestión, con los debidos candados y restricciones que acoten esa proclividad de muchos políticos a violar las leyes, es un asunto pendiente que, de resolverse, podría repercutir en mejores decisiones y políticas públicas para los ciudadanos. Estos han sido los principales argumentos de quienes se han manifestado a favor de la reelección y de la ampliación del periodo (se pueden hacer las dos cosas), vamos a ver si el ejemplo de Veracruz cunde o se mantiene como la excepción a la regla. En lo personal creo que ya es hora, y que con inteligencia y voluntad se puede hacer el diseño del marco legal de manera que se acoten los abusos y hasta las tentaciones. Por una parte sería reflejo de nuestra madurez como sociedad y, por otro, la oportunidad de avanzar y mejorar la calidad de vida. A ver cómo les va en Veracruz.