Sábado, 18 de Enero 2025

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Transporte, política e ineficiencias

Por: Diego Petersen

Transporte, política e ineficiencias

Transporte, política e ineficiencias

El alza al transporte es inminente; la inflación en los insumos de los transportistas en los últimos tres años es un dato real. Si tuviéramos un sistema de transporte profesional, con tarjetas de prepago, con empresas organizadas por línea y no por hombre-camión, con visión de futuro, no estaríamos discutiendo nada. La actualización de tarifa sería automática con la inflación y a otra cosa. Pero no. El sistema de transporte que tenemos es un pulpo desarticulado e ineficiente, y la autorización de tarifas se convierte así en un asunto político.

Vamos por partes, como dijo el destripador. Es absolutamente cierto que lo que costaba seis pesos a un camionero hoy le cuesta 7.50, centavos más o menos. En esa lógica los transportistas piden que se aumente de una vez a ocho pesos para que les den posibilidades de recapitalizarse porque, hoy por hoy, la mayoría de los hombres-camión no son rentables. Pero igual o más cierto es que ese costo es producto de la ineficiencia de los transportistas y que los usuarios no tienen la culpa de ello. Esto es, le están cargando al pasajero los pecados del sistema. Con un buen sistema, los seis pesos serían suficientes y los siete, más que rentables. ¿Por qué entonces los pasajeros tienen que pagar los platos rotos de una fallida política de transporte?

Los camioneros no han sido capaces de cumplir la agenda 2001. No es errata: hace 11 años los transportistas se comprometieron, a cambio de un aumento, a una serie de reformas, entre ellas el prepago, y no han cumplido. El Estado tampoco ha sido capaz de exigirles y generar algo distinto. Gracias a la enanez de miras de nuestra clase política, en 10 años no se ha logrado ningún avance en la política de transporte, salvo, con todos los defectos que se le quiera poner, el Macrobús de la Calzada.

Hay dos urgidos, pues, en que el aumento se dé y se dé pronto: los camioneros ineficientes y el Gobierno entrante. Para Aristóteles, el peor escenario es que esto no se resuelva ahora y le dejen la papa caliente para marzo. Comenzar el Gobierno aumentando el agua, cosa que tendrá que hacer, y el costo del pasaje simultáneamente, sería políticamente mortal. Más aún, hizo en campaña un compromiso de dar transporte gratuito a todos los estudiantes y habrá quien se lo recuerde.

Para Emilio González Márquez, aumentar el costo del transporte ya no le da, no le quita nada. Una raya más al tigre o una mentada más no le cambian el panorama. Si ha de hacerlo, será sólo para quitarle el golpe al gobernador entrante. Pero en la política como en la vida, amor con amor se paga. ¿Cuál será el precio por quitarle el golpe a Aristóteles? Eso es lo que está a discusión.

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