La ruta del ludópata (el adicto a los juegos de apuesta) va del lujo y los privilegios a la bancarrota. En el fascinante mundo de las apuestas la adrenalina es la misma, se pierde o se gane. Cuando se gana, se quiere más; cuando se pierde, se busca la recuperación. Las casas de apuestas dan crédito, mismo que requiere de una recomendación y de la cuenta de cheques. Cuando el jugador pierde y se endeuda con la banca del casino, se le dan dos meses de plazo para pagar y no se le cobran intereses. Las esmeradas atenciones que se les brindan al jugador en Las Vegas, son para engatusar incautos: se les pagan boletos de avión y en el aeropuerto les espera una limusina; se les hospeda en hoteles de lujo y se les atiende en los mejores restaurantes y se les ofrece los espectáculos más caros. Una de las condiciones es la apuesta mínima de cien dólares, y jugar cuando menos cuatro horas diarias… La región china de Macao se consolidó en 2010 como la capital mundial de los juegos de azar: sus casinos tuvieron una facturación de 23 mil millones de dólares, cuatro veces superior a la de Las Vegas, estimada en seis mil millones. Macao es el único territorio chino donde están autorizados los casinos… En Guadalajara no hay menos de 25 operando y muchos más que están pendientes de autorización, una vez que el rigorismo oficial amengüe después del escándalo del casino Royal de Monterrey en el que murieron 50 personas. ¿Y las autorizaciones de los casinos vigentes quién las otorgó?, ¿qué funcionarios locales las dieron y a quiénes? — * — * — * — El presidente chileno Salvador Allende, víctima del golpe de Estado de Pinochet, auspiciado por Estados Unidos, dijo: “Vale la pena morir por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir”. — * — * — * — El poeta Efraín Huerta escribió estas sentidas palabras: “Corazón mío sesteadero de los tordos, cada vez menos mío, cada vez más de todos.” — * — * — * — A los hombres, la verdad los hace libres y la mentira, creyentes. La vanidad siempre está en busca y procuración de reconocimientos. Loas y medallas, panegíricos y exaltaciones han existido desde siempre, porque siempre ha habido vanidad. Trofeos, preseas, diplomas y condecoraciones, los poseídos de vanidad y engreimiento, mutuamente los cambian, con razón o sin ella. — * — * — * — Todas las maquinarias burocráticas nacionales o internacionales, siempre han funcionado sin complejo de culpa. Por eso Eichmann, el nazi aprehendido en Argentina por un comando israelí, nunca aceptó su culpa durante su juicio en Jerusalén. Por ello, tampoco con excepción de Claude Eatherly, ninguno del escuadrón que lanzó la bomba atómica en Hiroshima se sintió culpable de las 200 mil vidas que cobró. — * — * — * — En el ciclo de los gobiernos panistas, primero fue la farsa y luego la tragedia. Las únicas figuras han sido los padres que enterraron a sus hijos asesinados por criminales: Isabel Miranda de Wallace, Alejandro Martí, Nelson Vargas y el poeto Javier Sicilia, que han devenido en símbolos de una sociedad agraviada, indignada ante la injusticia, la violencia ilimitada y la impotencia general en medio de una catástrofe compartida. La herida abierta de estos ciudadanos nos duele a todos. Su voz es la de un México cuya capacidad de tolerancia y sufrimiento está puesta a prueba.