Viernes, 29 de Marzo 2024
Ideas |

Retos y barreras

Por: El Informador

Por: María Belén Sánchez, fsp

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Desde que el ser humano nace, se encuentra rodeado de barreras y retos que tiene que ir aprendiendo a superar.

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Ciertamente el crecimiento y la educación y sobre todo la vida familiar son las que van abriendo caminos y enseñando a cada uno las formas y medios más eficaces para salir con éxito.

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Por eso es responsabilidad primera de los padres de familia enseñar a sus hijos a afrontar con serenidad y valentía lo que es necesario para ir adelante en la vida.

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Ciertamente en la escuela se les darán elementos teóricos y científicos para desarrollar otras facultades y para adquirir conocimientos, primero básicos y poco a poco más avanzados en torno a la ciencia, a las artes y a todo aquello que es indispensable para crecer en todos los aspectos de la vida.

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Pero si las motivaciones no son correctas, si no se les valora adecuadamente, los niños van a crecer un poco deficientes en algunos.

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Pero cuando una persona ya creció y llega a darse cuenta de que hubo algún faltante, es bueno poner el empeño y dar el paso por sí misma.

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Hay cosas a veces sencillas que se dejan de lado, porque “no me gustan”. Pero ese es precisamente un reto:

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hacer sólo lo que me gusta, es fácil, pero no permite crecer. Y luego hay quienes se quejan porque no las valoran, pero no se esfuerzan ni mucho ni poco.

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Afrontar una actividad que sabemos está en un peldaño más alto, será sin duda un logro, y preparará para retos mayores.

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A veces las barreras las vemos demasiado altas o más grandes que nosotros mismos, pero si en familia nos dieron elementos para tener confianza en sí, veremos que a lo mejor son mucho más fáciles de superar.

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Por eso se insiste en todos los tonos que es en familia la primera escuela y que ni debe darse todo a los pequeños, ni ponérselo todo fácil, pero tampoco dejarlos a su suerte, o a que sean otros los que les motiven y en ocasiones a que les eduquen mal o defectuosamente.

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De todo esto se desprende lo frecuentemente hemos visto:

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Adultos subdesarrollados que no se atreven y jóvenes tan impulsivos que se van a los extremos de la imprudencia.

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Chicos que pierden piso porque sus expectativas superan la realidad, o porque se les exige más de la cuenta y caen en el desaliento.

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Lo cierto es que si somos responsables de otros, es necesario darles elementos de equilibrio, para que vayan caminando con paso firme y seguro por la vida.

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Y en resumidas cuentas: sea cual sea la situación en la cual nos haya tocado vivir, siempre podemos utilizar la voluntad para dar un paso definitivo hacia lo mejor y hacer cada quien, por sí mismo, lo que le faltó que le dieran sus mayores como elementos de crecimiento.

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