La semana pasada varios titulares celebraban la supuesta aprobación de los gobiernos municipales tras la jornada dedicada a la ratificación de mandato. Movimiento Ciudadano dio a conocer con bombo y platillo las cifras de su victoria contundente, sin mencionar algunos detalles como que en el municipio de Guadalajara únicamente el 5% del listado nominal dio su voto a favor del sí, por ejemplo.Las razones de la baja participación son de todo tipo: hubo quienes no se enteraron que había que salir a votar, otros a quienes les dio flojera por considerarlo un esfuerzo inútil, o simplemente porque es un derecho relativamente nuevo que requiere socializarse. En cualquier caso, hay que reconocer que el ejercicio de ratificación de mandato es necesario para dar legitimidad a nuestros gobernantes y hacer valer la voz de los ciudadanos tal y como sucede en cualquier trabajo: si un empleado no es eficiente, el patrón tiene el derecho de despedirlo. Hasta ahí todo bien.Pero es más fácil quedarse en la autocomplacencia y hacer mucho ruido al respecto que hablar con hechos. ¿Qué hubiera pasado en caso de preguntarle a la ciudadanía si aprueba a sus gobiernos con base en su percepción de la inseguridad? Tres días después del domingo de la ratificación se dio a conocer el fracaso de los planes anti violencia en los municipios de Jalisco. En tan solo un año, el homicidio doloso aumentó un 18% en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco. No hemos avanzado en materia de prevención del delito ni en contención de los criminales.Ayer estudiantes universitarios salieron a manifestarse tras el doloroso fallecimiento de uno de ellos a causa de un ladrón que le arrebató el celular. Lo mismo en temas de género, pues también nos enteramos de que Jalisco es el tercer Estado más violento hacia las mujeres. El panorama noticioso de todos los días incluye cada vez más linchamientos, violencia, e inconformidad.Por si fuera poco, Amnistía Internacional señaló su preocupación ante las violaciones a los derechos humanos en nuestro país a causa de las detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y ejecuciones. Como parte del informe que rindió en Guadalajara, la organización mencionó que los elementos de la policía aprovechan las “revisiones de rutina” para extorsionar o para amedrentar a ciertos perfiles. Es decir, que nuestros policías reciben nula capacitación y que existe todo un sistema corrupto que parece pensado para perjudicar a quien debería proteger.La verdad es que resulta curioso que los políticos se “den like” a ellos mismos, cuando en la misma semana hubo diferentes acontecimientos que dan cuenta de las deudas que tienen —a todos los niveles de gobierno— con el ciudadano de a pie. Si quieren que de verdad celebremos éxitos históricos y que vayamos entusiasmados a ratificar gobiernos, habrá que atender eso que seguimos pidiendo: la posibilidad de vivir sin miedo.
