Dicen los que dicen y dicen bien, que “palo dado... palo quedado”; por eso todo mundo sabe que “palo dado... ni Dios lo quita”.Amables leyentes: un chascarrillo y una pequeña leyenda van a ser los remas de esta colaboración; quizá a algunos de mis lectores les parezcan frívolos e intrascendentes pero es así porque con ellos quiero hacer olvidar a la ciudadanía lo que está sucediendo después de las elecciones que tuvimos en nuestro estado Jalisco el mes de Julio.Nuestra ciudad, Guadalajara, quedó como un muladar, es un verdadero cochinero con tanta propaganda costosa e inútil, papeles, volantes, cartulinas, por todos lados y cantarillas destapadas pero lo bueno es que nos estamos dando cuenta que los candidatos que perdieron las elecciones son fulanos que no saben perder, son chapulines: un ex gobernador que después de ser obispo quiso ser sacristán un presidente municipal que quería ser gobernador, un secretario general de gobierno que al perder a su padrino quedó fuera de circulación ya que perdió la sotana que lo cobijaba, un miembro del grupo de los “pelones” que insiste en que el ganó pero que ya le apunta a seguir en política de aquí a 3 o 6 años o sea son los mismos que a pesar de no haber hecho nada útil o casi nada en el puesto que tuvieron quieren seguir meneando la cazuela impugnando el proceso electoral o sea es la misma brocha nomas con distinto palo sin entender que ya nos tienen hasta el copete; pero para no apartarnos de los temas originales empecemos: En un pueblo de nuestro estado que lo atraviesa un río y con su puente respectivo ¿será Ameca ó será Juanacatlán? Ambos retirados del mar, una mañana de pronto escucharon los gritos del borrachín del poblado que desesperado gritaba desde el puente: ¡una va llena! ¡una va llena! Azorados los transeúntes corrieron a verla pero ¡ho desilusión! En vez de ver a un verdadero monstruo del mar lo que vieron fueron dos botellas de cerveza que flotaban en el agua, una estaba ya vacía pero la otra todavía estaba sin abrir, estaba llena, y el borrachín a esa se refería cuando gritaba “una va llena, una va llena” pues no quería perderla.La leyendaPor su majestuosidad y belleza aterradora una de las cosas que más me llamó la atención en una de mis visitas a Alaska fueron las ballenas y después de observarlas me pusieron a pensar y preguntarme por la nacionalidad de estos cetáceos, casi todas del hemisferio norte ya que por haber nacido en México en la península de Baja California en la localidad de la Laguna Ojo de Liebre frente a las salinas de Guerrero Negro ¿serán mexicanas?. Independientemente de la nacionalidad que tengan, México las ha protegido y según la historia desde tiempo no cuantificado los primitivos habitantes de la península de Baja California ya protegían a estos gigantes del mar pues los consideraban los guardianes o carceleros de los espíritus malignos que fueron encerrados en las grandes cavernas u oquedades submarinas que se formaron cuando la Península de Baja California emergió del mar y que por estar en las profundidades, solo las ballenas podían custodiarlos, evitando así que se escaparan y volvieran a la tierra a causar males a los hombres; en contraste con los bienes que les proporcionaba el hacedor de hombres, amo de las nubes y señor del clima que fue quien los encerró.Y colorín colorado estas historias se han acabado y si tiene interés en conocerlas mejor, las encontrará en el libro “Alaska” del autor de esta columna publicado por la unidad Editorial del Gobierno de Jalisco.