La embestida del Norte sigue, aunque ahora con un formato moderado, pero con el mismo contenido. En el discurso dado por el presidente de Estados Unidos ante el Congreso de su país, la palabra migrante fue la más dicha sólo detrás de la palabra estadounidense, y su connotación fue de amenaza.Este nuevo formato, más presidencial, no es una buena noticia para México. Porque de las bravatas por Twitter, a las que se podía dar salidas jocosas, se ha pasado a un discurso bien estructurado, sin explosiones, pero con el mismo discriminativo contenido. Con la sorpresa, para algunos, que hay más güeritos de los que se creía que mostraron simpatías por las medidas anunciadas, porque la aceptación del discurso llegó a 70%. Esto revela un terreno más minado que lo que suponen las ilusiones del gabinete mexicano.Porque a pesar de que las relaciones entre México y Estados Unidos las siguen tensando desde el Norte, la respuesta del Presidente Peña Nieto, mal aconsejado, sigue siendo la misma: la negociación del Tratado de Libre Comercio de América el Norte (TLCAN) se hará “como iguales” … olvidando que en la mesa de negociaciones del Norte él no pone las condiciones y que la diplomacia elegida por el canciller mexicano penosamente ha sido la de pasar por debajo del nivel de dignidad, y eso no hace iguales a interlocutores desiguales.Así, aunque dicen que la relación entera estará en la mesa de las negociaciones, “enchilada completa” diría Fox, la realidad es otra, el mono tema es el TLCAN.Y si algunos expertos mexicanos contaban con que dilatar el inicio de las negociaciones, representaría más beneficio para México, pues Estados Unidos sigue abriendo frentes, entre ellos un documento contra la Organización Mundial de Comercio, en defensa de la soberanía de Estados Unidos ante imposiciones económicas de la OMC, señalando: “los estadounidenses no están sujetos directamente a las decisiones de la OMC”. Peligroso frente abierto que distrae fuerzas. Pero con la designación del nuevo secretario de Comercio, el tiempo de acabó y el periodo de gracia para México también.Lo más grave es que no hay una estrategia que ligue un acuerdo migratorio de respeto, con la indispensable seguridad que Estados Unidos requiere. Descobijo a migrantes que sostienen al país. En ese rubro, según el procurador general de la República, no hay trabajo avanzado, es decir, se “negociará” sin fuerza.Así, la visión del Gobierno está siendo: nada de poner al oponente en terreno endeble, nada de presionar con temas de sensibilidad extrema de Estados Unidos como la seguridad… Y al interior, nada de diversificación, nada de fortalecer el comercio con otros países. No hay impulsos gubernamentales serios para fortalecer al mercado interno, y no se piensa en políticas industriales. Y claro, no hay plan “B” si Estados Unidos sale del TLC.En cambio los migrantes mexicanos si tienen los pies en la realidad y saben que las palabras del Gobierno de Estados Unidos siguen cargadas de amenazas que cumplirán, por ello, están actuando en varios frentes, uno de ellos ha sido enviar mayores cantidades de dinero a México, remesas engordadas que han aliviado la presión del peso con un tipo de cambio que bajó de los 22 pesos por dólar, gracias a esos envíos, entre otras cosas. Y mientras esto pasa, los responsables de la política mexicana siguen en sueños guajiros monotemáticos…Pregunta ciudadana: Se acaba de publicar un volumen del Libro Vaquero para evitar la corrupción en la población, pero los legisladores y funcionarios ¿ya lo leyeron?
