Mejor entérese, porque…

Perjuicios graves son los que impactan en las plantas productivas cuando la competitividad por cuanto a precios se dispara. Y esta situación abarca ya casi todos los países del mundo, alimentando la impunidad que deriva de la corrupción, haciendo que el mercado de consumo se considere una auténtica industria productiva de “imitación”, que denota la palpable diferencia por cuanto a la calidad de los productos cuando precisamente ésta, la calidad, importa muchísimo menos, siendo que lo que interesa no es otra cosa que el precio. Las exportaciones se iniciaron en Asia inundando los mercados de los demás continentes. De ahí que… De ahí que la lucha que se presenta a los productos piratas sea intensa y constante, normando reglamentos emanados de las legislaciones que impiden su venta que, de una forma o de otra, impactan poderosamente en la industria y el comercio debida y legalmente establecido que, asumiendo responsabilidades, paga impuestos y responde con garantías por la calidad de los productos entendidos como legales. Así… Así, día con día se intensifican los ataques a los “piratas”, que resuelven la situación corrompiendo, cuando son precisa e indiscutiblemente exponentes de la más que bien llamada economía “informal”, cuando, exactamente, en la actividad de sus fabricantes y comercializadores lo que más brilla por su ausencia es la FORMALIDAD. Uno de los más actualizados recursos que se están implementando son los nuevos reglamentos aduanales de los Estados Unidos, que, aunados al temor de atentados terroristas, cuando la ciudadanía ha sido víctima de varios que han sembrado sangre, dolor y muerte, hacen que las revisiones que realizan en las aduanas sean por demás tan exigentes como incómodas para la mayoría de los viajantes. Por esto… Por esto, y a partir de ya, todo dispositivo que tenga la capacidad de almacenamiento de información analógica o digital —como celulares, bípers, cintas de audio, video, iPods, laptops o documentos con impresión en papel como planos, libros o panfletos— puede ser decomisado por un “tiempo razonable” para ser revisado por los oficiales aduaneros norteamericanos, y en la situación de que se llegara a encontrar algo que, a criterio de los funcionarios pudiese ser considerado como “ilegal”, cabe la posibilidad de que el viajero se haga merecedor al arresto. Y… PENSÁNDOLO BIEN. Y… PENSÁNDOLO BIEN, cuidado con el iPod y los CDs “quemados” con canciones o películas y filmaciones que le gustan y que “tienen el original en casa…”, porque al cruzar a Estados Unidos, en lo que se “comprueba” si efectivamente tienen los originales, se tiene que demostrar la legalidad de la música almacenada, comprobando procedencia, y que la “bajada” haya sido por internet sin el pago de permisos, lo que resulta ilegal, y el tratamiento podría ser como si de un traficante se tratara. Ah, y va para todos, sean pues ciudadanos norteamericanos o mexicanos, así que…¡mejor entérese, porque…!