Viernes, 29 de Marzo 2024
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Los suelos agrícolas (Parte 2)

Por: Roberto Sierra B.

Por: Ing. Roberto Sierra Barbosa
 
Continuando con el tema descrito en la colaboración próxima pasada, hemos de hacer una reflexión; y esta es, que las modas en las sociedades llegan a producir el cambio lógico de su tiempo, en el nuestro y en los últimos lustros el mercado mexicano de productos agrícolas está enfrentando las necesidades de las llamadas cosechas orgánicas. Pero a fuerza de sostener los principios de la ciencia, se debe tener presente que todos los organismos vivientes llevan en su estructura la parte orgánica tanto como la inorgánica. Así pues vamos a exponer los constituyentes minerales inorgánicos de los suelos.
 
Un examen de una muestra cualquiera de suelo demuestra que la porción inorgánica es variable en dimensión y en composición. Normalmente está compuesto de pequeños fragmentos de roca y de minerales (la palabra mineral la utilizamos, y así se debe tomar, en dos sentidos: primero, como termino general para describir los suelos constituidos esencialmente por compuestos inorgánicos; y en segundo lugar, como vocablo más específico para describir los distintos minerales hallados en la naturaleza como el cuarzo, feldespatos etc.) de varias clases. Los fragmentos de roca son remanentes de las rocas masivas de las cuales está formada la capa filtrante y, a su vez, el suelo, por meteorización. Son casi siempre gruesos.
 
Los minerales, por otro lado, son extremadamente variables en tamaño. Algunos son tan grandes como los fragmentos más pequeños de las rocas; otros, como las partículas coloidales de arcilla (esas que se ven flotando en un líquido acuoso) de arcillas son tan pequeños que no pueden ser vistos (sic) con la ayuda del microscopio ordinario, necesitándose usar el microscopio electrónico. Mencionamos para el efecto de los muestreos que han de ir al laboratorio, que en ellos se encontraran materiales de las siguientes dimensiones: piedra, grava, arenas, sedimentos, limo, arcillas.
 
Los minerales, tales como el cuarzo y otros llamados minerales primarios han persistido más o menos variables en composición desde su roca originaria. Otros, tales como las arcillas silícicas y los óxidos de hierro, han sido formados por la acción de agentes externos sobre minerales menos resistentes, a medida que se ha ido formando el manto rocoso y se modificaba el suelo. Estos minerales son llamados secundarios. En general, los minerales primarios tienden a dominar en las fracciones groseras del suelo, mientras que los secundarios son más abundantes en los materiales finos, y en especial, los arcillosos. Es obvio, desde luego, que el tamaño de las partículas minerales tiene gran influencia sobre las propiedades del suelo, en los campos labrantíos o de labor.
 
La materia orgánica del suelo.- Esta representa una acumulación de las plantas parcialmente destruidas y parcialmente re sintetizadas, y de los residuos de animales. Este material está en un activo movimiento de desintegración, y sujeto al ataque por parte de los microorganismos del suelo en su dinámica de intercambio. Por consiguiente, lo consideraremos más bien un constituyente transitorio del suelo y debe ser renovado constantemente por la adición de los residuos de las plantas superiores.
 
El contenido de materia orgánica del suelo es pequeño: solo alrededor del 3 al 5 % del peso en el caso de un suelo típico, en su capa superficial, digamos los primeros 15 centímetros su influencia sobre las propiedades del suelo y, por tanto, en el crecimiento de las plantas, es, no obstante, mucho mayor de lo que pudiera hacer crecer este pequeño contenido. En primer lugar, la materia orgánica funciona como un regulador de proporciones o más técnicamente expresado granulador de las partículas minerales, siendo responsable en gran parte del desmenuzamiento de los suelos productivos. Así mismo, la materia orgánica es la mayor fuente del suelo en dos importantes elementos minerales: el fosforo y el azufre y, esencialmente, la única fuente de nitrógeno. Por su efecto sobre la condición física de los suelos, la materia orgánica también tiende a aumentar la cantidad de agua que el suelo pueda contener, y la proporción de esta agua utilizable por las plantas. Por último, la materia orgánica es la principal fuente de energía para los microorganismos del suelo. Sin ella, la actividad bioquímica sería prácticamente nula.
 
Hasta aquí llegamos en esta colaboración para continuar el tema en la próxima, con la venia de los altos mandos editoriales.
 
El autor es productor asesor-consultor

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