Sea porque se leen las mentes, comparten agenda, porque lo verde viene mucho en este año o simplemente porque creen que Los Colomos es un tema trascendental para la ciudad, el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, y el gobernador del Estado, Aristóteles Sandoval, pusieron esta semana la mira en el parque de Los Colomos. Lo que detonó la ira de los gobernantes y llamó su atención fue la decisión del magistrado Barba de obligar al ayuntamiento a dar el permiso de construcción de una torre en un terreno que, en principio, es parte del bosque.“Haiga” sido por las razones que “haigan” sido, qué bueno que gobernador y alcalde coincidan en la defensa del bosque y se comprometan con ella, pero sobre todo ojalá que les dure la cuerda. Todos los alcaldes y gobernadores que recuerdo se han propuesto resolver de fondo el tema de Los Colomos y a todos los he visto aplicar el "moonwalk" (el famosos pasito de Michael Jackson que hacía como que caminaba para adelante y en realidad marchaba en reversa) ante los problemas que se encuentran en el bosque: tenencia de la tierra, plagas, concesiones, falta de recursos, etcétera. Diagnósticos de las enfermedades del pulmón de Guadalajara existen, y muy buenos (dicho sea de paso, para que no nos salgan con que van a hacer un diagnóstico integral) pero no es, como quisieran lo políticos, un asunto que se resuelva con tres declaraciones tronantes y un cambio de patronato.El predio donde se pretende construir la torre no es la única invasión. Hay un severo problema jurídico en la propiedad del bosque. Las 18 hectáreas originales fueron creciendo a base a anexiones y luego decreciendo porque a esos terrenos mandaban todo lo que no sabían dónde poner, desde una gigantesca unidad deportiva hasta planteles educativos. En el inter hubo quien se apropió de terrenos ante la falta de certeza jurídica de la propiedad. Más grave que lo que sucede en los límites del bosque es lo que pasa dentro: hay hectáreas competas concesionadas, desde un lienzo Charro hasta un instituto de investigación, y ninguno paga renta. Peor aún, de toda la explotación comercial que se hace dentro de Los Colomos al bosque no le queda un peso. Para rematar, la madre de todos los problemas es fitosanitario: casi la mitad de los árboles de Los Colomos están enfermos. Algunos tienen cura, pero muchos no. El bosque requiere un trabajo de poda y sustitución a gran escala, y no hay nada más políticamente incorrecto que una foto de cientos de árboles convertidos en tronquitos.Qué bueno que el gobernador y el presidente municipal se digan dispuestos a entrarle a fondo a resolver los problemas de Los Colomos. Por su importancia ecológica y social el bosque merece toda la atención de las autoridades, pero que les quede claro que no se resuelve ni en un año ni en un trienio.Ojalá pues que no apliquen el "moonwalk".
