Sábado, 18 de Enero 2025

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Lo hizo de nuevo

Por: Augusto Pedrero

Yo sé, amable lector, que desafortunadamente, la ronda final del último Major del año, y la ceremonia de clausura de las Olimpiadas, sucedieron al mismo tiempo, por lo que, a lo mejor, usted prefirió ver esa excepcional ceremonia. De haber sido así, quiero comentarle que, de nuevo, tenemos a un gran campeón.

Rory McIlroy, el norirlandés de 23 años de edad, ganó el PGA Championship, con 13 golpes bajo par, ocho golpes menos, que su mas cercano perseguidor. Igualito que en el US Open del año pasado, en donde tiró 16 bajo par y también le sacó ocho golpes al segundo lugar.

Rory inició de líder con siete golpes bajo par, y para el hoyo cuatro, ya iba nueve abajo. Sin embargo, un jugador que iba tres hoyos adelante de él, el inglés Ian Poulter, de 36 años de edad, inició la última ronda con un golpe bajo par, pero para el hoyo siete, ya iba siete abajo, efectivamente, SIETE golpes bajo par, producto de seis birdies y un par en esos hoyos.

Poulter empezó con birdies en los primeros CINCO hoyos, le hizo par al seis, y volvió a hacer otro birdie en el hoyo siete. Como que salió “bendito” en este día. Todavía hizo bogey en el hoyo ocho, pares en el nueve y diez, y sendos birdies en los hoyos 11 y 12, para ponerse ocho bajo par en total, contra los 10 abajo que iba Rory en el hoyo nueve, producto de un birdie mas que hizo en el hoyo siete.

En un campo como el de Kiawah Island, dos golpes no parecían mucha ventaja. Pero ahora, la suerte fué para Rory, ya que la “debacle” le sucedió a Poulter, quien hizo tres bogeys seguidos en los hoyos 13, 14 y 15, y uno más en el hoyo 18, para terminar únicamente con cuatro golpes bajo par, y empatar, con otros tres jugadores, el tercer lugar.

Vimos a un Rory muy maduro, manteniendo la calma y apegado a su plan de juego. Según declaraciones anteriores de él, el “colapso” que sufrió en el Masters del año pasado cuando inició el último día como líder con cuatro golpes de ventaja, y se “recetó” un 80, le sirvió de mucho, para conocerse a si mismo, bajo esa clase de presión y circunstancias. Ahora, en cambio, en los últimos nueve hoyos, hizo otros tres birdies, para acabar con un contundente 66, seis bajo par. Vimos que se “olvidó” de sacar el driver en varios hoyos, para mantener la bola “en juego”.

Sin embargo, en el 18, un par cuatro de “sólo” 493 yardas con algo de dog-leg a la derecha, con la “adrenalina” que ya traía, sacó su driver, para tratar de “volarse de aire” unas trampas de arena que están del lado derecho del fairway, precisamente a la altura del dog-leg. Le pegó tan bien a su bola, que se voló de aire dichas trampas, y la dejó, en el fairway, a solo 143 yardas del hoyo. Un verdadero supertiro de 350 yardas.

A lo mejor, otro jugador, para no arriesgar el torneo, hubiera sacado su tres de madera, o un fierro largo, para “colocar bola”, y evitar el echarse un “numerote”. Pero Rory no. Quiso terminar como el campeón que es.

De ahí pegó su nueve de fierro, y dejó la bola a unos siete metros del hoyo. ¿Y qué cree, amable lector, que pasó? Que la EMBOCÓ, terminando el torneo como TODO UN CAMPEÓN.

¿Ya ven? El amor lo puede todo. Ya no se va a comentar que, a lo mejor, su novia, la tenista Carolina Wozniacki, lo estaba perjudicando.

La verdad es que Rory se puso a trabajar muy duro en estas últimas semanas, después de haber quedado empatado en el lugar 60 del US Open pasado, con ocho golpes arriba de par.

Por lo pronto, Rory es otra vez el jugador número UNO del mundo, y ya ganó su segundo Major, por cierto que lo logró, cuatro meses antes de que Tiger ganara el suyo. No decimos que va a ser otro Tiger Woods, pero de que va a despegar, lo va a hacer.

Hasta la próxima ocasión, procure mantener su bola En El Fairway.

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