Las regulaciones van detrás de la realidad y las leyes apenas alcanzan a resolver los casos complejos que el uso de las nuevas herramientas plantea. Michelle Carter es una adolescente de 16 años que vive en carne propia esa realidad. Y Jeff Bezos es un hombre de empresa que trata de aprovechar las oportunidades que la tecnología puede ofrecer en la actividad comercial. Ella fue encontrada culpable de inducir a su novio de 18 años a quitarse la vida mediante mensajes de texto transmitidos en línea mediante aplicaciones gratuitas.El caso ha puesto de manifiesto el uso superficial de las herramientas de comunicación pueden producir casos trágicos. En nuestra ciudad ya vivimos recientemente casos parecidos mediante “retos” colocados en páginas de redes sociales. El asunto plantea el desafío de vigilar y limitar algunos usos de estas herramientas, mediante una acción legislativa que puede tener impacto en la regulación de la libertad de expresión.Por otra parte Bezos, propietario de Amazon y del diario Washington Post, anunció la intención de adquirir la cadena de supermercados especializados de alimentos Whole Food Market, en una operación que transformará la forma de adquirir alimentos en la economía más grande del mundo. Hecho que presiona no solamente a los actores comerciales, sino a las autoridades encargadas de las regulaciones dadas las implicaciones que la tecnología puede tener en prácticas que inhiban o manipulen la competencia.La mayor vigilancia de la conducta de los adolescentes y el uso de los metadatos para conformar redes físicas de distribución de alimentos son hechos tecnológicos que están ya entre nosotros y su regulación es muy precaria, porque no sabemos aún sus consecuencias más profundas.En un solo movimiento la mayor empresa logística adquiere una red de tiendas físicas de alimentos ubicadas en los mejores sitios para atender a las clases medias altas y a una juventud cada vez más sofisticada en sus hábitos alimenticios y el uso de la tecnología.Quizá el foco central de la adquisición de Bezos sea atender a la generación a la que pertenece Michelle, los jóvenes que viven integrados a una realidad digital cuyos límites aun están por definirse. Un grupo al que las cripto monedas, los drones, la colaboración como principio del beneficio compartido, y por supuesto el uso del tiempo de una forma más asertiva, son hechos cotidianos.Enfocados al cuidado personal, la alimentación sana, la movilidad inteligente y la eficiencia medida no solamente en dólares, sino en calidad de vida, son el objetivo de los movimientos como el de la corporación Amazon, y de las soluciones judiciales como la que se impuso a Michelle, que puede enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión. Esa superficialidad a la que se refiere Gilles Lipovetsky está en el centro de la atención de quienes resuelven asuntos económicos y legales.Nunca como ahora hay una tensión continua entre el tejido social por la introducción sistemática de cambios tecnológicos que impactan el comportamiento. La forma de comunicarnos está transformando la manera de pensar, la priorización de las sensaciones, nuestra manera de entender y asumir los límites éticos y jurídicos, y por supuesto la realidad económica.Hay un verdadero torbellino transformador en nuestro derredor cuyo eje está en la red. La regulación de la nueva realidad es un reto global, que tendrá enormes consecuencias locales en cada país y cada región del mundo. Hay un verdadero cambio de reglas del juego que nos obligará a cambiar. La sentencia de Michelle es injusta pero legal, la adquisición de Amazon es un cambio de paradigma comercial que demandará seguramente nuevas regulaciones que ahora ni siquiera imaginamos. En cada actividad se vive el cambio de reglas del juego.
