La brecha entre pobres y ricos siempre ha sido permanente en la historia de la moderna sociedad capitalista, pero es probable que nunca haya sido tan amplia como ahora. Un dato del reciente informe de Oxfam es contundente al respecto: 1 por ciento de la población mundial, acumula más riqueza que el 99 por ciento restante.Según el reloj de la población de la oficina de Censos de Estados Unidos, al día de ayer éramos 7,299 millones de habitantes en el mundo. De modo que apenas 72 millones de personas tienen más riqueza acumulada que 7,227 millones de habitantes en la Tierra.Estos 72 millones de personas son los millonarios del mundo, pero la riqueza se concentra de forma más abrupta entre la minoría de los multimillonarios, los que aparecen año con año en las listas de los ricos de revistas como Forbes, Fortune o Bloomberg. El informe de Oxfam revela que apenas 62 personas (entre ellos cuatro mexicanos) amasan la misma riqueza que 3,600 millones de personas (la mitad más pobre de la humanidad). El reporte de esta organización recuerda que apenas en 2010, eran 388 personas las que tenían el mismo capital que la mitad de la población mundial. Una manera de verlo es que un grupo de personas que cabía en un avión trasatlántico ahora se redujo a un grupo que puede viajar holgadamente en dos minibuses.Esto confirma las tendencias del actual capitalismo neoliberal hacia la concentración de la riqueza en pocas manos, como bien lo confirmó Thomas Piketty en su afamado libro “El capital en el siglo XXI”. Insisto, el capitalismo ha sido un sistema social desigual, donde la riqueza se concentra en pocas manos, pero los niveles de concentración de la riqueza de la actualidad no existían antes.El informe anual de Oxfam, llamado elocuentemente “Una economía al servicio del 1 por ciento”, precisa que la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población del mundo se redujo en más de un billón de dólares desde inicio del actual siglo XXI, lo que representa un desplome de 41 por ciento. Y en el mismo periodo, la mitad más pobre de la población sólo ha recibido 1 por ciento del incremento total de la riqueza mundial, mientras que el 50 por ciento de esa “nueva riqueza” ha ido a parar a los bolsillos del 1 por ciento más rico. Dicho de otro modo: lo que los pobres pierden, se lo llevan los megaricos a sus ya de por si abultados bolsillos.Estudios como los de Oxfam, los de Piketty, Emmanuel Saez y otros confirman que el periodo más reciente del capitalismo histórico, el periodo de la globalización neoliberal, ha sido una borrachera de riqueza para los más ricos del mundo.Es obvio que un sistema social fundado en el antagonismo y que ahonda las desigualdades, es una fuente de tensiones sociales. Es obvio, además, que un sistema así no puede mantenerse. La brecha entre pobres y ricos ya es un abismo. La actual desigualdad es intolerable, y debe cambiarse.