Ideas | La Selección Por: Augusto Pedrero 12 de julio de 2011 - 03:40 hs Una disculpa amable lector, pero en esta ocasión, no puedo dejar de mencionar el ENORME triunfo de nuestra Selección de futbol, la de los chavos menores de 17 años. Son los campeones del mundo Sub-17. Vencieron TODAS las adversidades que se les presentaron. Algunos podrán creer que la hazaña fue mas fácil porque jugaron en México, pero la realidad es que, si bien ayuda el jugar en casa, la verdad es que implica mucha mayor presión el lograrlo. Los ojos de todo el país están puestos en ti, sabes que no debes “regarla”, y si lo hicieras, tienes que superarlo, “reacomodando” todo, mental y físicamente, para tener aciertos en lugar de errores. Lo anterior nos recuerda que quien sabe muy bien de esto es Lorena Ochoa, ya que en los cinco años en que compitió en el MasterCard Classic (2005-09), jugado en el campo de Bosque Real, en el Distrito Federal, nunca lo ganó. Lo mismo le pasó en el Lorena Ochoa Invitational en los tres años en que participó (2008-10). En donde sí tuvo una super actuación, fue en el torneo del campo Tres Marías en Morelia, el Corona Championship, en donde, de las seis veces que lo jugó (2005-10), en TRES fue la campeona (2006, 2008 y 2009). De lujo, ¿verdad? Volviendo a la Selección mexicana, el triunfo del domingo DESPERTÓ al País. En todos lados se sentía la felicidad. No era para menos, fue un triunfo MUNDIAL, no regional. La magnitud de la victoria no puede ser más grande, a menos que se haga un torneo intergaláctico y también lo ganemos. Chistosito, ¿verdad? Disculpe usted, amable lector, pero realmente me emocionó mucho el triunfo. ¡Qué orgullosos estamos de esos chavos, quienes nos demostraron que México es un país de jóvenes sanos, en el que TODAVÍA SE PUEDE! Vuelve Luke Donald Ahora sí, hablando de golf, el jugador número uno del mundo, la volvió a hacer. Efectivamente, el inglés Luke Donald, de 33 años de edad, nada mas “se recetó” un 63 en el tercer y último día del Abierto de Escocia (acortado por lluvia), para ganarlo por cuatro golpes de ventaja, con un score de 19 bajo par (67, 67 y 63). Se ve que está jugando por nota y poteando como mago. Vamos a ver cómo lo trata el viento que normalmente está presente en el campo de Royal St. George’s, sede del British Open que inicia el jueves. ¡Qué tiro! Imagínese, amable lector, que en el último hoyo de un torneo, un par cuatro de 476 yardas, dog-leg a la derecha, y después de haber tirado su drive de salida, su bola se encuentra a 190 yardas del green, en la orilla izquierda de una trampa de arena, en donde no se puede parar confortablemente, sino que un pie lo tiene adentro y el otro afuera de la arena, además, la bola le queda unos 15 centímetros por debajo de sus pies, y como a las 150 yardas del hoyo empieza un lago que cubre todo el frente y el lado izquierdo del green, el cual es muy angosto y la bandera está, “como placas de trailer”, hasta atrás. Antes de ejecutar su tiro, usted se entera que el jugador que iba de líder, delante de usted, hace bogey y los dos se encuentran empatados en 21 golpes bajo par. En ese momento, usted piensa, “no sé cómo le voy a hacer para sacar el par e irme al desempate, ya que tengo que hacer un tiro con draw, en un lie de bajada, con mis pies semi atorados e impactar la bola perfecta, para que no vaya a “sapearla” e irme al agua, y que, además de todo, la bola se quede en el green”. Fácil, ¿no? En esta situación se encontró el norteamericano Steve Stricker, de 44 años, el domingo pasado, en el último hoyo del torneo John Deere Classic. Después de pensarla un buen rato, Stricker cambió su fierro 7 por el 6, e hizo un swing que el mismo Tiger Woods le envidiaría. Impactó perfecto la bola, casi sin tocar la arena, agarró su draw y se paró en las barbas cortas de la derecha del green, a la altura de la bandera, a unas seis yardas del hoyo. La galería se volvió loca, no podían creer lo que habían visto. En eso, al ver cómo había quedado su bola, Stricker pensó “¿por qué no tratar de embocarla para no ir al desempate?” Vio bien su caída y toque, hace su golpe, y “pácatelas”, que la mete. Más loca se volvió la galería, que no cesaba de gritar y expresar su asombro. ¡Qué tiro! ¡Qué triunfo! Como que le gusta el campito. Esta fue su tercer victoria consecutiva en este torneo, algo que nadie había logrado. Además, es su segunda victoria de la temporada, tiene el mejor Score Promedio de la gira con 69.09 y se coló al segundo lugar de puntos de la Copa FedEx después de Nick Watney. Hasta la próxima vez, procure mantener su bola En El Fairway. Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones