No cabe duda que las elecciones del 7 de junio han provocado un cambio muy importante en la apreciación y comportamiento de los electores, se demostró que su voto sí vale y que existía un hartazgo hacia los partidos.En el Distrito Federal pasó un suceso que no había ocurrido en la historia política del México moderno, en que el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, que gobierna a un gran número de mexicanos y junto con el Estado de México son la mayoría de ciudadanos gobernados, pero sin lugar a dudas, después del Presidente de la República, él tiene la mayor responsabilidad y trascendencia que provocan los resultados de su gestión, y en esta semana decidió como dije antes, cosa que nunca había pasado en nuestro país, pedir la renuncia de todo su Gabinete para someterlo a un periodo de evaluación y comprobar quiénes han servido mejor a la ciudadanía.Esto fue debido al resultado de las elecciones donde los electores mostraron que no estaban contentos con el desempeño del Gobierno y que Mancera ya no tendrá el control político como lo tenía antes, al perder mayor cantidad de Delegaciones que otros partidos incluyendo a Morena, manejado por el encantador de serpientes y vendedor de ilusiones falsas, Andrés López.La decisión que tomó Mancera demostró una madurez y energía, visión e inteligencia que no se le apreciaba antes.Vamos a ver cómo resuelve y cómo analiza esta evaluación que anunció estará en proceso; lo que tendrá que hacer es reestructurar su Gabinete para tener la seguridad de que cuenta con ellos, con su lealtad y eficiencia; y los seleccionados deberán acreditar con toda su dedicación y entrega su calidad como miembros del Gabinete como se espera al haberlos elegido, porque ya se demostró que el jefe de Gobierno tiene el valor y la capacidad suficiente para tomar una decisión drástica si no cumplen como deben hacerlo, con la responsabilidad que les marca su puesto en el Gabinete, que tengan más comunicación con el pueblo y que lo hagan sentir que realmente lo están sirviendo.Por otra parte, las últimas elecciones en las cuales el pueblo eligió varios candidatos independientes, entre ellos el gobernador de Nuevo León y algunos diputados en diferentes estados, marcan una nueva era en el desarrollo político de México; pero no hay que echar las campanas al vuelo porque los partidos no son malos, sólo tienen que reestructurar su estrategia y su acción, su existencia es indispensable ya que agrupan voluntades de los elegidos, lo que no pasaría si se multiplicara la elección de candidatos independientes, porque si exceden en número nunca se pondrían de acuerdo y sería un verdadero caos, como lo señaló Diego Petersen.En conclusión, las elecciones del 7 de junio marcan una etapa positiva para el desarrollo político y social de México y reestructuración de los partidos.Correo electrónico: jmgva@gvi.la