Viernes, 29 de Marzo 2024
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Ex voto alfarista

Por: Diego Petersen

Ex voto alfarista

Ex voto alfarista

Si de casualidad usted encuentra pegado en el muro de una iglesia, o quizá en un edificio del centro de la ciudad, un ex voto que diga algo similar a “doy gracias al Señor de Palacio por un favor recibido” no tenga duda: quien lo puso es el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, y a quien se refiere es al gobernador Aristóteles Sandoval. Es probable que no lo encontremos, porque los políticos son en general poco dados a ese tipo de manifestaciones, pero la verdad es que Alfaro debería de estar conmocionado hasta las lágrimas y agradecido con el gobernador del Estado por haber crecido, de gratis, el tema de la ratificación de mandato.

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Vaya que le estaba costando trabajo al equipo de MC calentar el tema de ejercicio de ratificación. Los primeros pasos fueron complicados, incluso torpes (quizá sea más correcto decir aflojerados), pero desde el momento que el gobernador se subió a los medios diciendo que era politiquería no solo lo hizo importante, sino que además le dio oportunidad al alcalde de Guadalajara de presentarse como un demócrata.

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Lo que hace divertida y apasionante la política es que nunca sabes en qué momento te va a recompensar con una oportunidad; en qué momento el de enfrente se va a equivocar y te dejará el balón botando y en el área listo para meter un gol. Eso es exactamente lo que hizo el gobernador: después de haber ganado una tras otra las últimas batallas mediáticas frente a Alfaro, finalmente se equivocó. Las razones seguramente son las mismas por las que todos cometen errores: exceso de confianza.

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La ratificación de mandato de los alcaldes de MC será un éxito sí y solo sí la gente habla de ello. Da igual si ganan por un punto, por 40 o por 80, como ha sucedido milagrosamente en los dos ejercicios realizados anteriormente en Tlajomulco. Es mucho más importante el nivel de participación, mientras el resultado sea, por supuesto, a favor. Si el gobernador manda el mensaje de que la ratificación es solo politiquería pero, merece su atención, y sus compañeros de partido, los regidores priistas de Guadalajara y Zapopan, no hablan de otra cosa que la ratificación, ahora sí que le están haciendo el caldo gordo a los naranjas, le están poniendo sabor a un desabrido proceso que no tiene otra función que fortalecer la autoestima de los alcaldes (y en algunos casos autoestima es lo que sobra) y calentar la maquinaria electoral.
 
Si usted ve por ahí una mano monumental, puede ser una escultura urbana, o solo un ex voto de un alcalde agradecido con el Señor de Palacio.

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