Ideas | El remedo de Leonel Por: Raymundo Riva Palacio 14 de agosto de 2011 - 02:00 hs El remedo de Leonel Leonel Godoy es uno de esos políticos que no se encuentran fácilmente. Inició su carrera como activista universitario social y construyó una carrera de más de 30 años como un líder conciliador y confiable. Pero en los últimos cinco años, este subproducto de la Revolución Cultural que es hoy gobernador de Michoacán, ha visto como todo se ha desmoronado. Godoy, un joven flaco y pelo largo, con pantalones acampanados y camisas floreadas –estereotipo de la Era de Acuario–, era un revolucionario a principio de los setenta que leía a Regis Debray y se inspiraba en la utopía de la Tricontinental de La Habana. Devoraba “Por qué”, cuya cobertura de las guerrillas debió motivarlo a admirar a Genaro Vázquez Rojas y su sucesor Lucio Cabañas, y rendirle tributo al primero cuando murió –o lo asesinaron– en una carretera michoacana. Godoy estudió Derecho en la Universidad Nicolaita, donde encabezó movimientos sociales. Varios de sus compañeros murieron en esos años víctimas de la Guerra Sucia, mientras él caminaba por la vía legal. Impostado como defensor de marginados, Godoy se tituló con una tesis donde denostaba al PRI, aunque poco después, se incorporó al PRI y trabajó en el sector público. En esos años setenta conoció a Genovevo Figueroa, quien lo hizo su mentor político. Cuando lo nombraron rector de la Universidad Michoacana, lo nombró secretario auxiliar, y cuando fue gobernador, le dio una notaría pública. Entró a la política a los 24 años, y 14 después, en 1988, renunció al PRI con Cuauhtémoc Cárdenas y un sector liberal del partido, cuando comprobaron que su Corriente Crítica no podría cambiar desde adentro la forma centralizada del poder en México. Godoy se convirtió en un hombre muy cercano a Cárdenas, y de todas sus confianzas. Lo hizo subprocurador en Michoacán cuando fue gobernador y subsecretario de Gobierno del Distrito Federal cuando se convirtió en el primer jefe de gobierno electo en la capital. Al dejar el cargo Cárdenas para lanzarse a la campaña presidencial, su sustituta, Rosario Robles, lo hizo secretario de Gobierno. El michoacano había jugado un papel crucial en los primeros años de la izquierda contestataria cuando Cárdenas lo hizo fiscal especial para el caso de los homicidios de Francisco Xavier Ovando y Román Gil Hernández, muy cercanos a Cárdenas, asesinados en vísperas de la elección presidencial de 1988. Como hombre del ingeniero tuvo buen abrigo no sólo de Robles, sino de su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, quien lo hizo secretario de Seguridad Pública hasta que el nuevo gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, lo invitó como secretario de Gobierno. Duró poco en el cargo, pues ante la crisis en la dirigencia del PRD por la ruptura entre López Obrador y Robles, aterrizó de emergencia como interino en la presidencia del partido en ese difícil momento. Al frente del PRD vivió el episodio de los “videoescándalos” y la corrupción en el partido, que concluyó con la expulsión de Robles y varios viejos cuadros de la izquierda, como Ramón Sosamontes, René Bejarano y Carlos Ímaz, y también atravesó por el caso del desafuero de López Obrador, que es cuando comenzó el alejamiento de su segundo mentor, Cárdenas, quien a contrapelo de lo que había luchado en el PRI, rechazaba la proliferación de corrientes dentro del PRD. Godoy salió del PRD en 2005 para ir por la gubernatura de Michoacán, donde el rompimiento con la familia Cárdenas se consumó. Desde la gubernatura recuperó a Figueroa y le prolongó la vida política, pero no reconstruyó la relación con los Cárdenas, que se encuentra en una congeladora. Su regreso triunfante a Michoacán fue, paradójicamente, el paso hacia atrás que nunca debió haber hecho. Asumió la gubernatura del Estado donde Cárdenas Batel había pedido al presidente Vicente Fox que lo ayudara pues el territorio estaba en poder del narcotráfico. Fox no le hizo caso, pero Felipe Calderón sí, quien inició ahí la guerra contra las drogas. Esa dinámica envolvió a Godoy, quien se hizo de enemigos y perdió aliados. En el Gobierno federal vieron cómo Michoacán, que era un campo de batalla de cárteles sanguinarios, se complicó aún más por la protección institucional de varios funcionarios del gobierno de Godoy. Le informaron quiénes y cómo lo hacían, pero no tomó medidas. El 15 de septiembre de 2008, los criminales hicieron estallar bombas en Morelia durante la celebración de El Grito. Mataron a civiles, pero las bombas, que estallaron antes de los programado, eran para él. Godoy tuvo más mensajes ominosos. En 2009 una treintena de funcionarios y alcaldes michoacanos fueron arrestados por su presunta vinculación con el narcotráfico. Dos años después la mayoría fue puesta en libertad porque un juez michoacano, en última instancia, decretó su libertad. Godoy encaró al Presidente y protestó, pero su voz quedó sin autoridad moral y política, pues uno de los políticos perseguidos por el caso, a quien se le comprobó la relación directa con los cárteles de la droga, es su medio hermano, Julio César, todavía prófugo. A tres meses de la nueva elección para gobernador, Godoy es un mandatario rebasado por la realidad, desacreditado y desesperado. Quería que se cancelaran las elecciones de noviembre por la violencia, pero no pudo. Pidió hace unos días en privado que el Gobierno mandara a Michoacán al Ejército y la Policía Federal para que se hicieran cargo de toda la seguridad pública, pero tampoco ha podido. Quería imponer un candidato suyo al Gobierno, y la familia Cárdenas puso al suyo. Apoyó a un panista en la interna contra la hermana del Presidente, y tampoco logró arrebatarle a ella la candidatura al Gobierno. A Godoy le urge terminar el Gobierno tanto como regresar en automático al Senado, donde está con licencia, para mantener el fuero. De ahí, quizás brincar a una diputación y seguir con el fuero. Necesita estar blindado políticamente. Algo teme porque mucho sabe. El blindaje lo tendrá por cuanto a instituciones se refiere. Pero hay una parte oscura de su vida reciente que nadie sabe y por la que se teme más. Sobre todo, porque para ello, no hay blindaje seguro. Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones