Lunes, 20 de Enero 2025

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El mito de las reformas estructurales

Por: Rubén Martín

El mito de las reformas estructurales

El mito de las reformas estructurales

Por Rubén Martín


Apenas tomaron posesión como coordinadores de los diputados y senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, respectivamente, se apresuraron a anunciar que sus grupos en la Cámara de Diputados y en el Senado impulsarán varias reformas legislativas.

En su campaña, Enrique Peña Nieto anticipó que impulsaría cinco reformas: energética, fiscal, política, judicial y laboral. La idea de que son necesarias “reformas estructurales” para que el país sea competitivo, tenga crecimiento económico, y desarrollo y progreso material para sus habitantes es uno de los grandes mitos que han acompañado a la nación en los últimos 25 años.

Este mito se ha construido gracias a la imposición del pensamiento único, la doctrina neoliberal, como paradigma exclusivo del desarrollo nacional. Los gobiernos, la clase política, cúpulas empresariales y sindicales charras, así como la mayoría de académicos y periodistas que generan la opinión pública del país, aceptan sin discusión que el modelo económico y social ineludible para México pasa por acomodarse a las tendencias de la globalización y esto implica abrir nuestro mercado al mundo, apostar por el capital privado como palanca del desarrollo, en tanto que los gobiernos deben crear infraestructura y atraer la inversión.

Lo que parecen no saber es que desde qué José López Portillo adhirió a México al GATT, el país ha hecho no una, sino decenas de “reformas estructurales” que han convertido a México en el país más abierto a los intercambios comerciales con el mundo, pues hay acuerdos con 43 países.

Contrario a lo que sostienen los ilusos o los ignorantes que claman por “reformas estructurales”, éstas ya se dieron y no sólo han modificado la Constitución federal, sino la mayoría de las leyes que tienen que ver con la actividad económica. En 2000, dos investigadores de la CEPAL pasaron revisión a las reformas “de primera generación” aplicadas en México entre 1982 y  1999, y encontraron que se hicieron reformas tributaria, para permitir privatizaciones, de liberalización del comercio exterior, de liberalización financiera (externa y doméstica), y de desregulación (el documento se puede consultar aquí:

http://www.eclac.cl/publicacines/xml/8/4588/lcl1374e.pdf).

Gracias a dichas reformas, el país se reestructuró de cabo a rabo. A pesar de esa realidad, se sigue insistiendo en el mito de que las “reformas estructurales” son necesarias para que la economía despegue y se derrame el progreso y desarrollo para los mexicanos.

Es curioso que las clases gobernantes clamen por más reformas neoliberales cuando justo en el resto del mundo lo que está en crisis es el modelo de apertura económica indiscriminada. Están en crisis Estados Unidos, y varias naciones europeas, entre ellas Irlanda, puesta apenas hace unos años como modelo de apertura y atracción de inversión.

Si algo deja claro la crisis capitalista mundial es que el modelo neoliberal está en crisis, y las ansiadas “reformas estructurales” no traerán el desarrollo para el país, sino que agravarán la penuria y miseria para la mayoría de la población. Lo que el país requiere es otro modelo de desarrollo, no otra tanda de “reformas estructurales”.
 

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