México vive momentos muy complicados. Es curioso, que en el año del centenario de la constitución del 1917, nuestro país parece no tener más opción que repensarse. Esa parece ser la definición del momento que vivimos.En este contexto, participé en la mesa de trabajo sobre la “Visión de Futuro” de la Asamblea Nacional del PRI. Durante dos días de discusiones buscamos delinear cuál es el país que imaginamos en el futuro y cómo debemos de hacer para sortear los retos conocidos y por conocer que encontraremos en el camino.Antes de imaginar el futuro debíamos tener los pies bien firmes en el presente. Partir de un diagnóstico equivocado nos condenaría al fracaso.El PRI puede entenderse como la confluencia de causas sumadas a un sólo fin: el desarrollo de México. La suma de luchas sociales, revolucionarias, destinadas a un objetivo común: la estabilidad del país.Somos el instituto político heredero de una revolución social pionera en el mundo. Un conglomerado de hombres y mujeres con anhelos de paz y de justicia. De equidad y crecimiento. De prosperidad compartida.Sin embargo, hoy somos vistos por amplios sectores de la población como un partido lejano a estos preceptos. Como un partido de élites, individualista, frío, lejano y por momentos insensible.Si el PRI quiere ser opción, debe ser atractivo, fresco e innovador. No hay lugar para la rigidez. Las formas en su momento nos permitieron responder a la necesidad del país: estabilidad.Las formas fueron diseñadas para hacer que la política triunfara. Gracias a las formas tenemos un país de instituciones sólidas que buscan consolidarse. Pero hoy los tiempos son distintos.En su momento el PRI fue un partido diseñado para mantener el sistema. Hoy tenemos que dar el giro y ser un partido que asuma el reto de transformar este sistema por uno mejor.Atrevámonos a derribar el sistema de valores fundamentado en la jerarquía y sustituyámoslo por otro sustentado en la ideología.Hoy México necesita creer en algo. Aportemos ese contenido. Démosles a los mexicanos en qué creer. En un partido justo y responsable. Moderno y abierto a la sociedad. En un partido de calle, cercano al problema y capaz de generar soluciones: empoderamiento, mejor empleo, mejor salario, certeza laboral, mejor educación para nuestros hijos, tarifas más bajas y mejor calidad en los servicios.Dejemos las corbatas, el fuero y cualquier clase de privilegio. Vamos a la calle, de vuelta a la colonia a decirle a la gente que el PRI está vivo y que hay una opción que abanderamos, la de la consolidación y el rumbo, por la que vamos a luchar con ideas, con ímpetu y con nuevas formas.
