Si no hay cambio en la agenda, hoy debe discutirse en el Congreso del Estado el tema de la ratificación o no del magistrado Leonel Sandoval, cuyo caso adquiere relevancia simple y sencillamente por ser el padre del gobernador del Estado, Aristóteles Sandoval.El magistrado, apoyado en una leguleyada que no parece tener mayor sustento (una posible confusión en las fechas en que el Congreso debía o no ratificarlo), tramitó un amparo que, en el mejor de los casos, no hará sino postergar la decisión que se tome en el pleno del Poder Legislativo.Pero el tema no es de forma sino de fondo, esto es, si Don Leonel, como lo conocen en los círculos políticos, tiene o no el perfil y los méritos para ser ratificado como magistrado del Poder Judicial. Aún dando por bueno el dictamen del pleno del Poder Judicial donde apoyan y solicitan al Congreso la ratificación del magistrado por haber cumplido cabalmente sus funciones (nunca han emitido un dictamen que diga lo contrario), el problema es político. La abierta, pública y notoria participación del magistrado en el proceso electoral del 2015 hace absolutamente inviable su ratificación, pues quedó en entredicho su imparcialidad: Leonel es un magistrado con causa. Y, aunque la mayoría en el poder judicial tenga correa, (se oye horrible, pero con el perdón de los magistrados así es) el caso Sandoval tiene el agravante de haber participado como coordinador de facto de las campañas del PRI.Leonel Sandoval tratará, con artimañas legales, de alargar lo más posible su amparo, pero lo que sea no será mucho. Su alegato es que las fechas fueron erróneas, que el Legislativo debió haberlo ratificado, o no, el 8 de diciembre pasado y que al no haberlo hecho de facto quedó aprobado. El problema es que el mismo Poder Judicial, que tiene la obligación de emitir un dictamen tres meses antes de la fecha de terminación del periodo, no lo hizo el 8 de septiembre de 2015, sino el 11 de agosto de 2016. Dicho de otra manera, el único que parece tener otro calendario es Papa Leonel.El voto de hoy no será contra el gobernador, pero es inevitable que acuse el golpe. Para cualquier observador externo el hecho mismo de que el Congreso vote contra el padre del gobernador es una afrenta al Ejecutivo, pero, hay que decirlo, no es común (ni sano) que una misma familia controle el Poder Ejecutivo y el Judicial. Lo que es inevitable es el efecto secundario; entre más se resista el magistrado papá más afectará a su hijo gobernador, pero si algo no ha caracterizado a Don Leonel es la prudencia. Si en cuatro años no ha entendido que su activismo ha afectado políticamente a su hijo, por qué debía entenderlo ahora.