Se avivó la polémica con un tema que no es nuevo en el Atlas, se ha mantenido desde el inicio de la gestión de Juan Carlos Chávez, una realidad contrastante de un mismo equipo; desde su designación entre los atlistas hubo quienes no lo consideraron el técnico idóneo, otros, en cambio, si vieron con buenos ojos su nombramiento por su perfil como entrenador y su identidad con los colores. El zamorano asumió en un momento crítico en la historia de la institución, en el que no había margen de error, el riesgo de perder la categoría era enorme; en ese momento, los criterios se unificaron en un solo objetivo: salvarse a como diera lugar. Juan Carlos basó su estrategia en no recibir gol y sumar, poco pero constante fue acumulando los puntos que le permitieron cumplir el cometido de permanecer en Primera División; en este proceso, el Atlas depuró su otrora vulnerable defensiva en una de las mejores, terminando como la segunda defensa menos goleada con 11 partidos sin recibir gol. Pero a la ofensiva sucedió todo lo contrario, fue el último lugar de este rubro con tan solo siete goles anotados. Tras barajar y repartir de nuevo, hoy el Atlas tiene otra realidad con menos presión. Se invirtió en la contratación de delanteros con vigencia futbolística para remediar la grave anemia de gol, a diferencia de anteriores pseudo refuerzos que vinieron con la ilusión de que en el Atlas reencontraran el nivel que algún día tuvieron, con los que ahora llegaron es de esperarse que ofensivamente produzcan más. El actual debate se centra en que las cosas hasta hoy no son muy distintas sin que sean malas al torneo anterior; los números de la “Pájara” no son de relumbrón pero tampoco son deficitarios como para que Carlos Martín del Campo y Víctor Flores Cosío consideren truncar un proceso del cual están plenamente convencidos. No son pocos los que consideran con sobrados argumentos que el actual plantel tiene con qué y debe dar más. A base de empates ha venido reduciendo la frecuencia de derrotas en la actual competición, marcha invicto, pero es inobjetable que gana pocos partidos, a la fecha solo uno; ganar en el Jalisco se le complica, la Fiel como cualquier otra afición quiere ver triunfar a su equipo y tanta medianía cansa; es perfectamente entendible que se desespere; cierto, hay de empates a empates dependiendo el rival y las condiciones de cada partido, pero después de su ultima actuación, es obvio que se pregunten a quién le va a ganar el Atlas, si no pudo en su casa ante un rival como Jaguares que llegaba con todos sus partidos perdidos, recibiendo cuatro goles por encuentro, de ahí sus expresiones de molestia y de exigencia de un más eficaz, y arrojado estilo de juego que les permita ganar más a menudo y aspirar a objetivos más ambiciosos, por ello también es lógico que se cuestione la capacidad del entrenador, para hacer producir a un plantel que consideran tiene un potencial mayor al que sus resultados arrojan; la situación no es caótica, pero sí podría ser mejor, incluso, fácilmente reversible, ganando se olvidan los agravios y se concilian diferencias, ante el Atlante tienen una buena oportunidad. Comentarios marcapersonal.informador@gmail.com
