Jueves, 07 de Noviembre 2024

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Discriminaciones

Por: Guadalupe Morfín

A Carmen Morfín,
a Luis Rabinal González


Una señora joven consigue su sustento en una esquina durante años. Es morena y tiene dos hijos. La hija es rubia con ojos claros. Alguien se la quiere comprar pero ella lo rechaza indignada. “Si no son cosas; son mis hijos”, dice. Pero el episodio discriminador se repite: alguien pasa con una camionetota y pone en duda que la niña sea su hija. La razón de la duda es el color de la piel. Racismo puro. Cuánto le falta por vivir a este que sospecha; cuánto por conocer leyes de la genética, cuánto por entender el mundo, ese mosaico múltiple. Pero, observador poco entrenado para un mundo así, quien discrimina toma una foto y la pone a circular en redes sociales, con el veneno listo para lo que sigue: una procuraduría (la de Jalisco en el sexenio pasado) inusualmente activa para resolver “delitos”, y negligente ante las escandalosas desapariciones de personas, sustrae a los niños, los coloca en una institución pública -el Hogar Cabañas- mientras dilucida qué curso darle a la sospecha, y acusa a la madre de delitos que nunca le pudo comprobar. Un DIF indoloro ante el drama personal y familiar de la mamá, Jiola Ornelas, y los niños, Lezly (conocida como “Alondra”) y Tony. Un Instituto, el Cabañas, que suele hacer una labor loable, pero que esta vez no escapa de ser parte también del proceso de discriminación, y cuyo Jurídico osa pedir a su favor la custodia definitiva de los menores vía jurisdicción voluntaria como si no hubiera papás.

Pero Jiola no está sola. Lazos de solidaridad se tejen en torno de su drama. Y una vieja amiga (Carmen) que la ha acompañado en sus apuros a lo largo de casi 10 años en el crucero, libra una batalla por ella, le da trabajo, la enseña a leer, le consigue apoyos entre varias y varios ciudadanos solidarios, y un excepcional abogado, Luis Rabinal González, que es grande porque tiene grande el corazón, y que se ofrece a llevar el caso gratuitamente. Por esta vez, el ombudsman estatal no permanece inactivo y emite una recomendación. Y un buen juez, el Décimo de lo Familiar, actúa correctamente. Con el cambio de administración estatal, cambian los criterios para entender que el mejor lugar para hijos amados y cuidados, como los de Jiola, es estar con su mamá. Tras nueve meses de separarlos, el 17 de julio los reunificaron.

No es la única forma de discriminación que ocurre en nuestra ciudad. Suelo escuchar voces de homofobia en reuniones de personas que se dicen cristianas. Desprecian a las y los homosexuales. Me muerdo los labios, aprudento (no demasiado; se me nota la indignación). Protesto: lo “natural” no es exclusivo de los heterosexuales. El mundo es un mosaico plural. Más ancho de lo que imaginamos.

Vuelvo en agosto: tomo vacaciones.
 

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