Esta semana el mundo parece haberse detenido para observar, analizar, entender y planificar el mundo a partir del importantísimo debate que tuvo lugar en una universidad gabacha de la gran manzana entre Doña Hilaria Clinton, ex muchísimas cosas y candidata del Partido Demócrata a la primera magistratura del dueño del mundo y por la otra el alegre y bocón candidato republicarlo al mismo hueso Don Donaldo Trump y se esperaba que el acto sacaría chispas.Como sucede muy frecuentemente los expertos del canal que yo vi no atinaron ni una predicción, supusieron que la señora iría con un traje color pastel (no dijeron sabor) y la candidata llegó vestida del color del diablo de la barata: de colorado, que pareció muy lucida y elegante; creían el millonetas llegaría vestido de azul con corbata roja y no le atinaron ya que iba de negro con corbata azul. Pero ambos se corrigieron pa pronto.Personalmente y desde mi edad se me hicieron que ambos ya están más que vistos, ya muy aplaudidos, más en edad de cuidar nietos que de andar en esos desfiguros, pero eso es ya cuestión de gustos y cada quien es libre de hacer los esperpentos que quiera y pueda. El acto me hizo recordar nuestro propio debate nacional en la cual el gran atractivo y las historias recordarán sin duda como el acto de más trascendencia para la nación la entrada triunfal de la edecán -sin duda el único acto de inteligencia de aquel evento. Pero todos los que debatieron eran notablemente más jóvenes, aunque en ambos eventos los temas eran igual de aburridos e intrascendentes.Después tuve un problema personal ya que empezaron los debatientes -los de allá a hablar entre ellos en inglés y como no le entiendo dure viéndolos un rato hasta que decidí cambiarle de canal a uno donde estaban traduciendo a castilla, que no sé si estaba bien o mal traducido, pero eran puras babiecadas; a lo mejor del traductor.Coinciden ambos debates en lo enfadoso e intrascendentes (salvo la edecán) con la notable diferencia de que el de aquí la audiencia fueron 600 burócratas obligados a ver el evento para hacer bola y allá nada más en gringolandia la vieron más de cien millones de televidentes, los que se la soplaron.Como puede preverse los del grupo demócrata dijeron que la ganadora absoluta fue la señora Clinton y los partidarios del republicano dijeron que Trump había triunfado. Fueron tantas las encuestas que usted puede creer todas o ninguna. De hecho yo creo que la inmensa mayoría no le atinan y luego se entretendrán en decir por que no salió cierto lo que dijeron.En nuestro país había una muy notable mayoría que apoyaba moralmente a la ex primera dama, no porque creyeran que esta fuera buena, sino porque el otro es un hocicón de lo peor cuya única ventaja es que dice que el gobierno le cae gordo, en lo que coincide con la mayoría.@carlosmorsa