Frente a dos humeantes tazas de “cortados” en el histórico Café Gijón en Madrid, coincidimos y charlamos un conocido alto dirigente político panista y quien esto escribe días antes de las elecciones presidenciales en México.Lector asiduo a esta columna, cuestionaba mi visión del panorama político que se sentía en el país. Le aseveré entonces del posible desplome de su partido blanquiazul como funesta consecuencia del ambiente de desunión y conflicto que había en sus filas, redundando en errores garrafales cometidos en la campaña de Josefina Vázquez Mota con falta de apoyos y soportes que, a no dudar, le pasarían la factura.La historia ya se conoce…Hasta un tercer sitio en las votaciones fue a dar el partido en el poder, desperdiciando posición por sus canonjías y conveniencias, toda vez que las luchas internas eran, créalo paciente lector amigo, muy sucias; de porqueriza, vamos.Se sorprendió el veterano militante…Doce años ostentando el poder para un descomunal desgaste en un partido que, —tuvo que reconocerlo—, se había distanciado entre ciudadanía y militancia por la desvirtuación de ideología y principios afectándose a la unidad, cuando distintas y contrastantes corrientes, jalaban agua para sus molinos.Voracidad y ambiciones personales y de grupos desmedidas, aunadas a una manifiesta falta de capacidad y una sobrada ineptitud impactaron negativamente. El PAN había perdido y así..Así, más que triunfo, era de esperarse el fracaso.Tampoco creo que, pese a la división que trajo la debacle, tras del amarguísimo trago sobrevendría una ruptura toda vez que, si bien en las corrientes ya definidas había enfrentamientos por posiciones y acomodos, perdida la elección, las baterías se enfocarán por la dirección del partido, cuando por demás reconocido resulta que el papel para Gustavo Madero, le quedó grande.Seguramente en la reunión del Consejo Nacional, el grupo calderonista buscará que la reforma estatutaria se lleve a cabo antes del final de su sexenio en contrapunto a la intención de Madero para que se vaya hasta el año siguiente, y no como “refundación” cual es el planteamiento del todavía Primer Mandatario.Cuando comenté de cómo se había fallado a la ideología y los principios originales del partido, —a los que creo que deben volver—, me afirmó que no habían sido fallas sino “MATICES” en la interpretación…Y… PENSÁNDOLO BIEN.Y… PENSÁNDOLO BIEN, caro costaron esos “matices” provocando el contundente fracaso cuando auténticamente que deberán líderes del partido, —vaya carta fuerte que es Margarita Zavala de Calderón—, diputados federales y estatales, —los que salen y los que entran—, trabajar con inteligencia, con esfuerzo, con visión política, con lealtad a las raíces del partido y con tiempo, sin PRISAS, sí, pero a paso firme, por una unión que lleve al mejor diseño institucional partidista, a fin de borrar las huellas de equivocadas sendas, intentando una creciente y continua vinculación con la población para recuperarla.En el toro se dice que: “Las PRISAS son para los delincuentes y los malos toreros...”Inclúyanse pues también, a políticos panistas...