El próximo sábado, tal como lo mandata nuestra Constitución, el Presidente Calderón deberá entregar al Congreso de la Unión su sexto y último informe de gobierno. Según los protocolos en marcha, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, será quien entregue físicamente el documento para cumplir con las formas del muy republicano evento y el lunes, se espera, el Presidente dirigirá un mensaje a la nación en cadena nacional. Como para calentar el ambiente, Los Pinos preparó una serie de spots que salen al aire por radio y televisión desde el pasado sábado y que dibujan el tono e intención del Sexto Informe, que no es otra cosa que la despedida del calderonismo: justificación de la guerra al narco y los éxitos macroeconómicos, esos que por no ponderarlos durante la campaña —dicen los amigos del Presidente—, le costaron el triunfo a Josefina Vázquez Mota. Así, podemos ver a un Calderón reflexivo y meditabundo que recorre en solitario sus oficinas en Los Pinos y que dice: “Actuamos firmemente, sin titubeos. Hoy tenemos un México que no se arrodilla frente al crimen y que se juega el alma por cuidar a su gente. Por ti, por tu familia y por México, esta lucha vale la pena”, o bien: “Frente a la crisis mundial más grave de la historia, México está de pie”. El detalle es que hoy los eternos detractores del michoacano dicen que Los Pinos se equivocó al transmitir la imagen de un presidente solitario y lacónico, hasta cansado, como si de un hombre totalmente derrotado se tratara y al que ya nadie está dispuesto a acompañar en éstas, sus últimas semanas en el poder. Se equivocan. Los spots fueron perfectamente diseñados, a entera satisfacción y gusto del protagonista, que no es otra cosa que un Presidente autócrata. Calderón siempre ponderó la amistad y confianza sobre el talento y el desempeño, y tal condición se reflejó en todos y cada uno de los actos de su gobierno. Su Presidencia fue la de un sólo hombre y eso es, precisamente, lo que reflejan los spots que están en el aire. Claro que sale en solitario recorriendo las oficinas de Los Pinos sin nadie que siquiera le haga sombra ya que, exactamente, así fue como gobernó. Su gabinete, compuesto única y exclusivamente de amigos, de incondicionales, de hombres y mujeres cuya única virtud desde la óptica del Mandatario, era su inmensa capacidad de hacer justo lo que se les ordenaba sin chistar, sin oponer ninguna resistencia, no debe, no puede hacer sombra ni distraer en ese momento que entiende como sublime en el que sentencia que la lucha contra el hampa vale la pena y que el país sorteó con éxito la crisis internacional. Es su momento, su Presidencia, su poder, su responsabilidad… y de nadie más.
